"Debieron fusilar a los guerrilleros"

"Lo que se debería haber hecho en los 70 frente a la guerrilla, que se dio a conocer con el asesinato de Pedro Eugenio Aramburu, era imponer un estado de guerra, aplicar el Código de Justicia Militar, hacer juicios y fusilar a los condenados, pero nunca hacer desaparecer a nadie. Se tenía que hacer cumplir la ley militar y se podrían haber evitado muchas cosas", aseveró Héctor Hernández.
El profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (Ufasta) de Mar del Plata, no ahorró críticas sobre el presente. "Los guerrilleros están hoy en el poder, continuando la lucha de sus compañeros por otros medios; hasta que no se entienda eso, no se entenderá nada. Tienen que irse y debe aplicarse el estado de Derecho", afirmó.
El catedrático, que visitó la Universidad Nacional Santo Tomás de Aquino, sostuvo que la reacción de las fuerzas armadas en esa época fue "recontrajusta y recontra mal hecha".
"El Gobierno militar trajo la deuda externa que Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner siguen pagando y la desindustrialización de José Martínez de Hoz", puntualizó.
Por ello, es particularmente crítico respecto del actual proceso de juzgamiento por causas de violaciones a los derechos humanos. "Si sos militar, sonaste, estás condenado de antemano. En los juicios no se van a aplicar las garantías constitucionales ni a respetar el derecho a la defensa ni el principio de inocencia. Hay un negocio, una piratería detrás de todo esto, que se les va a volver en contra, porque el país está harto de esto y quiere poner la mirada en las grandes metas", señaló.
Hernández reivindicó a quienes apostaron a la no violencia -dijo-frente a la política del odio. Agregó que en la mayoría de los hechos de la guerrilla hay algo raro o alguna operación de inteligencia u otras cosas.

"Mártir cristiano"
El 22 de diciembre se cumplirán 34 años del crimen del profesor universitario e intelectual católico Carlos Alberto Sacheri, ultimado de un disparo en la cabeza en Buenos Aires, lo que fue reivindicado por un comando del ERP.
Hernández lo evocó en su libro "Sacheri, predicar y morir en la Argentina". "Fue un mártir, que vivió y murió por su fe; un modelo de argentino y de cristiano, que denunció la infiltración comunista en el clero pese a la buena fe de los tercermundistas y propuso la salvación nacional sobre la base de la doctrina social de la Iglesia. El comunicado del ERP tiene mucha fraseología religiosa, como si hubiese sido redactado por un cura apóstata", advirtió.