BUENOS AIRES.- Con un suculento asado, una torta de chocolate con dulce de leche y mucho rock, Charly García festejó hoy sus 57 años y se emocionó hasta las lágrimas al recibir la sorpresiva visita de algunos ex integrantes de sus bandas.
A sólo dos días de ser externado de la clínica neuropsiquiátrica Avril para continuar con su tratamiento contra las drogas en una estancia de Ramón "Palito" Ortega, el cantante vivió una de sus jornadas más felices de los últimos meses junto a su círculo más íntimo. Con especial autorización del juzgado a cargo de María Rosa Bosio, se permitió que ingresen al campo ex compañeros, con quienes no se veía desde hace meses. Entre ello, estuvieron el baterista Fernando Samalea, el bajista y tecladista Fabián Von Quintiero y el guitarrista rosarino Fernando Kabusacki.
"Zorrito" Quintiero y Samalea no llegaron a pie al campo de Luján: lo hicieron en una camioneta cargada de equipos e instrumentos musicales, por lo que luego del asado y el soplado de velitas, llegó la hora del rock. Así, después de varios meses, Charly volvió a tocar con músicos a su alrededor, una de las actividades que más placer le provocan y para la que muestra un talento innato como líder.
Canciones de Los Beatles y de los Rolling Stones se alternaron con viejas joyas de García y del rock argentino, y con interminables "zapadas" e improvisaciones. Pese al tiempo que llevaba sin tocar, García se mostró en excelente forma y deslumbró con algunas genialidades que llevaron su inconfundible sello. El dueño de casa y León Gieco también se sumaron al improvisado show y todos se alternaron a la hora de cantar.
Al festejo no pudieron asistir Nito Mestre y Pedro Aznar, dos de las personas autorizadas por la Justicia para visitar a Charly, pero sí lo hicieron su ex manager Fernando Szereszevsky y su cuñada Inés Raimondo. Mestre se encuentra en el exterior -aunque ya avisó que ni bien retorne al país se acercará a la estancia de "Palito"- mientras que Aznar debía cumplir con un compromiso en el interior, por lo que estuvo ayer con su amigo.
Alejado de los excesos
Para el festejo, "Palito", quien ofició de anfitrión, hizo preparar empanadas tucumanas y un completo asado, en el que Charly puso especial atención en las mollejas. Debido al estricto tratamiento que sigue el músico para vencer sus adicciones, no hubo ninguna bebida alcohólica, por lo que todos los brindis fueron con gaseosas y agua mineral.
En el caso del homenajeado, se inclinó por Coca Cola, su bebida favorita. Tras el almuerzo, compartió con sus allegados una torta de chocolate y dulce de leche que le llevó su cuñada y abogada. Como en todo cumpleaños, no faltaron los regalos. Abundaron los libros -Charly se convirtió en un ávido lector- y la música; en este último rubro se destacó un material discográfico que le envió Zoca, su ex mujer, radicada en Alemania.
La fiesta de cumpleaños, muy alejada de los excesos que García solía protagonizar en el pasado, se prolongó durante varias horas y, en su transcurso, Charly recibió mensajes y regalos que sus fans le acercaron hasta la clínica Avril. (NA)