Murió el conductor y humorista Jorge Guinzburg

El periodista y guionista, de 59 años, falleció esta mañana. Estaba internado desde el jueves por una infección pulmonar que lo había alejado de la pantalla en los últimos meses. Su humor filoso cambió el modo de analizar la realidad para siempre. Video.

SIEMPRE CON CHISPA. El conductor se había caracterizado por su humor sagaz y sus originales observaciones. LA GACETA SIEMPRE CON CHISPA. El conductor se había caracterizado por su humor sagaz y sus originales observaciones. LA GACETA
12 Marzo 2008
BUENOS AIRES.- El periodista, conductor televisivo y humorista Jorge Guinzburg falleció hoy a los 59 años, en la Clínica Matter Dei de la Capital Federal, donde se encontraba internado desde la semana pasada.

Si bien oficialmente se señaló en su momento que Guinzburg había sido internado por una infección pulmonar que lo afectaba desde niño, otras fuentes señalaron que el periodista habría fallecido a causa de un cáncer.

Los directivos del Sanatorio Matter Dei no quisieron confirmar ni desmentir la información y sólo se limitaron a informar que era un tema "exclusivamente privativo del paciente y su familia".

Guinzburg había creado años atrás el exitoso magazine matutino "Mañanas informales", cuya conducción había abandonado a fines de 2007 por prescripción médica y este año había vuelto a la conducción televisiva con una reedición de "La Biblia y el calefón", que grababa una vez por semana.

Hincha fervoroso de Vélez Sarsfield, se había iniciado en el periodismo gráfico en las legendarias revistas "Satiricón" y "Humor". Asimismo, fue un reconocido publicista, que ganó premios internacionales como director creativo de distintas agencias.

En televisión, Guinzburg se dio a conocer con "La noticia rebelde", un programa que creó y condujo junto a Carlos Abrevaya, Carlos Ulanovsky, Adolfo Castello y Raúl Becerra. Este original ciclo cambió para siempre el humor y el modo de analizar la realidad en la televisión argentina.

Posteriormente, pasó por distintos programas como la primera versión de "La Biblia y el calefón", el programa humorístico "Peor es nada", que hizo con Horacio Fontova, y "Guinzburg & Kids".

Premio Konex de Platino como Mejor Conductor de la década del 90, la incansable tarea de Guinzburg lo llevó en los últimos años a transformarse en uno de los más dinámicos productores teatrales del medio local.

También fue guionista de la tira de humor gráfico "Diógenes y el Linyera" que, con dibujos de Tabaré, se edita hace años en la contratapa del matutino Clarín, diario para el cual también escribía en su revista dominical.

Durante los días que permaneció internado, el entrañable conductor estuvo acompañado por su mujer, Andrea Stivel, y sus hijos Sasha, de 19 años, e Ian, de 17. Esta no era la primera vez que el humorista debía ser hospitalizado por sus problemas de salud, aunque él siempre se encargaba de restarles importancia.

"Es un tema histórico, mi viejo problema bronquial. Un resabio de mi infancia que, cada tanto, me juega una mala pasada", había indicado en una de las últimas entrevistas que concedió.

Sin embargo, durante el último invierno, estos inconvenientes lo obligaron a alejarse temporariamente de "Mañanas informales", el programa que había transformado en un éxito matutino en Canal 13.

Hacia fines del año pasado, Guinzburg se recuperó y pudo regresar al programa, además de grabar especiales de "La Biblia y el Calefón" que se vieron durante este verano.

De todos modos, su condición física lo obligó a bajar la intensidad de sus obligaciones y este año sólo tenía pensado producir "Mañanas Informales", que tenía previsto volver al aire el lunes con la conducción de Ernestina Pais y Ronnie Arias.

Las filosas entrevistas de Guinzburg fueron uno de los puntos más reconocidos de su trayectoria y le valieron el mote de "enano maldito", por su baja estatura y su rol implacable a la hora de preguntar lo que fuera necesario. (Télam-NA)

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