En una decisión inesperada, el Papa Francisco concedió hoy una audiencia oficial privada al cardenal Angelo Becciu, el poderoso prelado vaticano que está siendo juzgado por corrupción y malversación de fondos.

Aunque el pontífice y Becciu se han reunido de forma no oficial desde que Francisco lo destituyó en 2020, es la primera vez desde entonces que el cardenal figura en la lista pública de audiencias oficiales en el Palacio Apostólico.

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Dar a la audiencia un carácter tan oficial y solemne dio pie a que algunos medios católicos especularan con la posibilidad de un acercamiento entre ambos o una rehabilitación del cardenal.

Becciu es uno de los 10 acusados en un juicio por corrupción que comenzó en julio de 2020 y gira en torno a la compra de un edificio en Londres, por parte de la Secretaría de Estado. Todos los acusados, entre los que hay empleados vaticanos e intermediarios italianos que, según la acusación, extorsionaron a la Santa Sede, niegan haber cometido irregularidades.

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El Papa Francisco despidió a Becciu de otro alto cargo clerical en 2020, por presunto nepotismo, una acusación que él también niega.

En el momento del despido de Becciu de ese puesto, también fue despojado de lo que el Vaticano dijo entonces que eran sus "derechos asociados con ser cardenal". Esto incluía el derecho a participar en un cónclave secreto para elegir al próximo Papa tras la muerte o renuncia de Francisco.

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Antes de ser despedido, Becciu era uno de los hombres más poderosos del Vaticano. Fue subsecretario de Estado de 2011 a 2018 y luego jefe del departamento del Vaticano que estudia a los posibles candidatos a la santidad desde 2018 hasta su despido en 2020.

En una de las audiencias más recientes del juicio, el pasado noviembre, el tribunal escuchó una llamada telefónica grabada en secreto entre Becciu y el Papa.