El nivel general del Índice de Precios al Consumidor de Tucumán (IPCT) registró en diciembre del año pasado una variación de un 4,37% con relación al mes anterior. De esta manera, el proceso inflacionario en la provincia registró un 90,35% de incrementos totales, durante el año pasado.

Aunque los porcentajes locales se hayan ubicado por debajo de las mediciones nacionales y regionales registradas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), los datos provistos por la Dirección de Estadística de la Provincia no dejan de ser alarmantes debido al elevado aumento que sufrieron los precios, respecto del año pasado.

Tan solo en 2022, las prendas de vestir y el calzado registraron aumentos 30 puntos por encima de la media general en la provincia. Con el incremento de un 4,26% registrado en diciembre, este rubro llegó al 123,64% acumulado. En septiembre, ese mismo indicador había registrado una suba de un 12,4%, el doble de la tasa general registrada ese período, y tan solo en el lapso de enero a septiembre ya acumulaba un reajuste del 87,5%: 23 puntos porcentuales por encima de la tasa general.

Problema de larga data

Las subas en la ropa y el calzado no es un fenómeno nuevo. El sector registra aumentos por encima del promedio nacional desde junio de 2020. Y ante este panorama, la administración de Alberto Fernández concretó acuerdos con diversas empresas para lograr el congelamiento de precios durante septiembre. Sin embargo, los aumentos y las remarcaciones de precio no cesaron.

Referentes del sector sostienen que las principales razones de estos aumentos tienen que ver con el aumento de los insumos importados -como hilados y telas sintéticas-, el cual se recrudeció a raíz del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia y las restricciones para acceder a los dólares por parte del Gobierno. Insumos como el algodón, el poliéster o el nylon sufrieron aumentos de más de un 50% en dólares entre 2020 y 2022. En el caso del algodón, pese a tener fuerte participación nacional, los precios internacionales presionaron su alza por tratarse de un commodity, destacaron organismos nacionales.

Básicos y costosos

Los alimentos y las bebidas no alcohólicas se ubicaron entre los cinco rubros con mayor inflación del IPCT. En el transcurso del año pasado, los productos contemplados en este sector experimentaron un aumento del 92,91%.

De acuerdo a los datos del organismo provincial, la incidencia acumulada de las divisiones en el nivel general de IPCT, la división que más incidió en la variación acumulada interanual (diciembre 2022 comparado con diciembre 2021) fue “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (43,35%) seguida por “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (12,43%).

A lo largo de este año, el precio de los alimentos evidenció un fuerte reajuste, particularmente en verduras y en frutas y esas subas tuvieron un impacto directo en la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Este índice, que marca el límite de ingresos para que una familia tipo tucumana no caiga en la indigencia, se duplicó en el último año, y ahora se precisan $ 58.910,85 para que un matrimonio con dos hijos pequeños gasten mensualmente para adquirir los alimentos de subsistencia. En el caso de la Canasta Básica Total (CBT) que, además de alimentos incluye los gastos en servicios esenciales para el grupo familiar, la evolución ha sido prácticamente la misma (expansión interanual por encima del 94%) y en noviembre del año pasado se requirieron ingresos por $ 127.247,44 para no caer en situación de pobreza.

Los datos constataron que en el décimo primer mes de 2022 la variación de la CBA respecto de octubre fue de 4,37%, mientras que para la CBT fue de 5,84% (un índice que estuvo por encima de la inflación provincial del mes, que ha sido del 5,1%). De esta manera, para no ser considerado indigente, un adulto equivalente (varón adulto, entre 30 y 60 años, de actividad moderada) requirió en noviembre un ingreso mayor a $ 19.065,00 (CBA), mientras que para no caer en situación de pobreza necesitó $ 41.180,40 (CBT), precisó el reporte provincial. En el país, una familia compuesta por cuatro integrantes necesitó en noviembre ingresos por $ 145.948 para no ser considerada pobre y $ 64.012 para no caer debajo de la línea de indigencia, según el relevamiento difundido por el Indec.

Mayores aumentos

Dentro de las verduras se encuentran algunos de los productos que más se vieron afectados por la inflación durante el año pasado. Así es el caso de la lechuga, que ocupa el primer puesto de este ranking. Acumuló una suba de precios del 408% interanual. En segundo lugar, la cebolla. Este producto elemental para cualquier cocina en Argentina sufrió un aumento del 336,9%. El podio lo completa la batata con un incremento del 293,3%. Seguida por la papa con 292,7% de suba interanual. En el quinto lugar también se ubicó un producto que se consigue en verdulerías y sufrió un aumento del 222,1%: el limón.

En ese listado confeccionado por el Indec, el sexto puesto fue ocupado por el azúcar, que aumentó su precio en un 208,2%. Volviendo a las verduras, el siguiente lugar en el ranking es para el zapallo anco con un aumento del 178,2% durante 2022. Por su parte, el aceite de girasol incrementó su precio en un 161,6% y la manzana deliciosa en un 158,3%. Finalmente, con un 157,9% los huevos completaron el ranking de los 10 productos que más se encarecieron a lo largo del año pasado.