El legislador de Fuerza Republicana Gerardo Huesen expresó su rechazo a la adhesión a la Ley de Educación Sexual Integral (ESI, N° 26.150), concretada este martes, en sesión, por el Poder Legislativo de Tucumán. “La ESI atenta contra la dignidad de la persona y la desintegración de la familia”, expresó.

“Los tucumanos nos enfrentamos a una suerte de 'marca registrada' llamada ESI, presentada como la única alternativa posible para todo, no tan solo para la educación sexual. No entenderé cómo llegamos a esto, si ya tenemos una ley que se viene cumpliendo. No había necesidad de adherirse a la Ley Nacional 26.150. Creo que esta norma se aleja del valor de la dignidad humana y atenta contra la persona y la desintegración de la familia”, dijo el bussista.

El opositor señaló que "la experiencia viene demostrando que se está imponiendo un modelo rígido". “Es un empaquetado de contenidos ya definidos, de aplicación uniforme, en todo el territorio del país", dijo. Y planteó el rol "de las familias": "si bien serían escuchadas, las decisiones de ejecución de los programas ya habrían sido tomadas”, señaló.

"Tiene una evidente base ideológica"

Huesen insistió luego con que "el empaquetado de ESI, impuesto en la Argentina, tiene una evidente base ideológica que aumenta las conductas de riesgo". "Esa base es la ideología de género, que promueve como una suerte de dogma de fe, la autonomía absoluta de la voluntad del individuo, considerando irrelevante los datos de la biología, de la ciencia, del conocimiento empírico, hasta del propio sentido común”, aseveró.

Gerardo Huesen, en la banca de la Legislatura. Foto de Prensa FR

Agregó que "nuestra provincia visionariamente se había dado cuenta de esto, por eso nunca antes se había siquiera intentado adherir a esta ley que ya tiene más de 16 años de vigencia y que nos a llevado, entre otras cosas, a la legalización del aborto con la injusta Ley N° 27.610". “Como consecuencia de esta ley, según datos oficiales, en 2021 se realizaron 4.162 abortos en Tucumán, número que entendemos sería aún mayor, porque en el informe no está claro si la cifra incluye o no a los tratamientos con Misoprostol”, graficó.

Según Huesen, queda en evidencia "que los lineamientos impulsados por los promotores de ESI, parten de un concepto pobre de la sexualidad, centrado sólo en la consecución de la propia satisfacción y placer". Esto, señaló, “dejaría pospuesto la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual y la promoción de una sexualidad que planifique a la persona y promueva la dignidad humana”.