Hubo un saludo previo a la homilía del Arzobispo, Carlos Sánchez. Sin embargo, el gobernador, Osvaldo Jaldo; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, se mostraron distantes durante buena parte del transcurso del Solemne Tedeum. 

SOLEMNE TEDEUM. El gobernador Jaldo, el jefe de Gabinete Manzur y el intendente Alfaro, en la Catedral. Foto de LA GACETA / Juan Pablo Sánchez Noli

Si bien compartieron la Vigilia y las ceremonias de esta mañana que dieron inicio a ll festejo patrio, Manzur y Jaldo llegaron por separado a la Catedral. El jefe de Gabinete, además, lo hizo rodeado por los dirigentes más cercanos a su espacio.

HACIA EL TEDÉUM. Manzur caminó hasta la Catedral acompañado por dirigentes de su espacio, sin Jaldo. FOTO LA GACETA/JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI

El gobernador, por su parte, aprovechó para probar el tradicional chocolate caliente y para saludar a vecinos y a turistas, además de los integrantes de las fuerzas de seguridad que se encontraban a las afueras de la Casa de Gobierno.

FUERA DE LA CASA DE GOBIERNO. Jaldo saluda a integrantes de las fuerzas de seguridad. Foto de Comunicación Pública

Poco antes del Solemne Tedeum, sí hubo saludos entre las autoridades. Pero no fueron igualmente efusivos. Primero, Manzur y Alfaro se estrecharon en un abrazo, sonrientes. No fue así entre Jaldo y el intendente. El gobernador pasó al lado del jefe municipal y le tocó el brazo; el dirigente del PJS también le respondió distante.

El gobernador Jaldo y el intendente Alfaro, en la Catedral. Foto de Comunicación Pública

Luego, todos juntos, escucharon la homilía del Arzobispo Sánchez, quien advirtió que "en muchas familias falta el pan cotidiano y el trabajo digno". Y, finalmente, las autoridades volvieron a cruzar saludos, con sonrisas y gestos amables.

EN LA CATEDRAL. Monseñor Carlos Sánchez expresó duros conceptos en la homilía. Foto de LA GACETA / Juan Pablo Sánchez Noli