Cuando aún se están trillando lotes de trigo y de garbanzo -que presentan irregulares rendimientos debido a las condiciones ambientales que se dieron durante todo el ciclo invernal-, el productor ya está empezando con una nueva campaña gruesa. Como primera medida evalúa la actual situación de los lotes que serán utilizados para la próxima siembra de grano. Algo fundamental, antes de que aparezcan las lluvias, es conocer cómo se viene comportando el lote, respecto de las malezas y fertilidad.

Es importante conocer cuál es su historia y cómo fue su comportamiento durante la campaña gruesa pasada y cómo pasó el invierno, en cuanto a la aparición de nuevas malezas -sobre todo, aquellas que están generando graves problemas como las resistentes y/o tolerantes- y al balance nutricional que va teniendo el lote.

Respecto de este último, si existen dudas sobre el estado actual, el productor debe realizar el correspondiente análisis de suelo, para conocer las necesidades nutricionales de este, sumadas a sus condiciones físicas.

En cuanto al comportamiento histórico de la evolución de malezas, el productor sabe que cada campaña se da un avance de nuevos biotipos, que varía de acuerdo a la especie y a su capacidad de dispersión, ya sea natural o también de manera artificial por la maquinaria. Sin duda, la expansión también dependerá del nivel de adopción de nuevas prácticas de manejo, tanto preventivas como reactivas.

Según estudios técnicos, en diferentes campañas, una de las problemáticas estuvo dada por la gran capacidad de algunas especies perennes de desarrollo temprano para desarrollarse en el otoño.

En la medida que se demoran las fechas de siembra, todas las especies -en general- van creciendo en tamaño y generando cada vez más dificultad para su control. Pero idealmente hay que tratar de evitar llegar a esas instancias; principalmente mediante estrategias de barbechos largos o intermedios, o también con cultivos de invierno.

Numerosas malezas generan problemas en los cultivos de granos -tanto estivales como invernales-, con la presión de biotipos de gramíneas, sumadas a las malezas de hoja ancha resistentes, que van creciendo en el territorio provincial y en diferentes zonas productoras de granos de la región y del país.

En forma permanente los técnicos y las instituciones de investigación recomiendan evitar su diseminación y tener la mejor manera de controlarlas. Para ello, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cuentan con los técnicos y con las herramientas para encontrar estas soluciones.

Lo principal es focalizarse en tratar de mantener los campos libres de estas malezas, aplicando acciones como la prevención de la infestación y la diversificación. Y no se habla solo de diversificar mediante la rotación de cultivos, sino también de diversificar manejos, tanto químicos como culturales dentro de cada lote. Para el control de las especies problemáticas que existen en los campos hay numerosas alternativas, por lo que hoy es imposible hablar de una receta única en el control.

Lo fundamental para usar las diversas herramientas de control es necesario planificar bien y utilizarlas adecuadamente.

Aprendizaje

En el caso de los herbicidas ya no se habla de cual usar, sino -más importante aun-, de cuándo y de cómo utilizarlo.

El sector productivo y los técnicos van aprendiendo de a poco a olvidarse de simplicidad del control con glifosato y están encarando el desafío de diseñar estrategias de manejo con otras moléculas y herramientas. Sin duda el glifosato sigue siendo un elemento importante, pero acompañado de otros activos que deben ser elegidos con rigor técnico, buscando un manejo sustentable.

El éxito y la sustentabilidad económica del manejo de malezas están dados por la eficiencia en el uso de la estrategia elegida.

Una de las principales limitantes que se observan hoy es la oportunidad de aplicación. Esto es utilizar la herramienta adecuada, en el momento justo en que la maleza es más susceptible a esta.

La campaña que se avecina debe ser evaluada en todo sentido para poder enfrentar uno de los desafíos que actualmente afronta la agricultura, como lo es el control de malezas.

Debido a ello, los productores están evaluando cómo terminar la fina y cómo encarar la gruesa, en lo que respecta al manejo de las malezas. Solo se espera que el clima ayude y que las lluvias aparezcan en tiempo y forma, para usar de manera eficiente las diversas alternativas de manejo que existen.