No se hablan, no se reúnen, pero se mandan mensajes por las redes sociales. Es una sociedad política en crisis, y en el medio de esa puja de poder interno en la coalición de Gobierno se pone en riesgo la institucionalidad del país. El presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández, están al borde de quebrar la sociedad política que desbancó a Mauricio Macri en 2019.

Ayer, el jefe de Estado no tomó ninguna decisión respecto de las renuncias que le presentaron ministros “K” para presionarlo; pero sí tuvo tiempo para tuitear: “Ella me conoce, sabe que por las buenas a mí me sacan cualquier cosa. Con presiones, no me van a obligar”, apuntó.

La respuesta de la presidenta del Senado llegó a través de una carta por Facebook: “le señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. Me cansé de decirlo y no sólo al Presidente. La respuesta siempre fue que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar muy bien”.

Alberto le habría ofrecido un lugar en el gabinete al gobernador, Juan Manzur, quien no habría aceptado. Y según la propia vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, habría sido ella quien le propuso a Fernández que el mandatario tucumano ocupe el lugar que actualmente se encuentra a cargo de Santiago Cafiero, uno de los hombres cuestionados por el kirchnerismo.