La plantación de la caña de azúcar es una etapa de gran importancia, que implica una fuerte inversión económica. Debido a esto, su realización debe ser técnicamente correcta, afirmaron los técnicos del subprograma Agronomía de la Caña de azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Actualmente se utilizan dos sistemas de plantación (manual y mecánica), que conviven en nuestra región cañera. Los aspectos operacionales de la plantación que se deben tener en cuenta en ambos sistemas son:

• Época de plantación. Define el marco ambiental en que ocurrirá la emergencia del cañaveral y, en este sentido, tiene fundamental importancia la elección del momento más apropiado. En Tucumán existen tres épocas de plantación: verano, otoño-invierno y primavera. Cada una de estas tiene características diferentes. En nuestra zona cañera la época de preferencia es la otoño-invernal (mayo-agosto). Cabe destacar que las plantaciones que se realizan en este momento inician su brotación en septiembre; es decir, que la caña semilla permanece bajo tierra hasta cuatro meses sin brotar. En esta situación las yemas pueden ser afectadas por insectos y por microorganismos, y sufrir procesos de deshidratación si las condiciones de humedad del suelo no son las apropiadas. La gravedad de estas condiciones se acentúan en los casos de plantaciones tardías.

• Preparación de suelo. Tiene como objetivo acondicionar la cama de siembra para que reciba la semilla y proporcione las condiciones óptimas para el desarrollo inicial del cultivo. En esto, la plantación mecanizada es más exigente que la manual.

• Estado del lote semillero. Es muy importante evaluar el lote semillero previamente a que sea utilizado como semilla, ya que muchos lotes fueron afectados por la sequía en esta campaña. El estado de los semilleros debe ser el adecuado para facilitar el corte de la semilla -caña en pie- y para que cumpla con todos los estándares de calidad establecidos -sanidad, vigor e identidad genética-, que garantizan disponer de caña semilla en condiciones óptimas.

• Cosecha de la caña semilla. En el caso del corte manual de la semilla no hay muchas dificultades en esta etapa ya que los daños en las yemas son mínimos. En la plantación mecánica, la caña semilla con la cual se abastece a la máquina plantadora se cosecha con una cosechadora integral. En esta etapa se deben tener en cuenta algunos aspectos tales como la reducción de la velocidad de la cosechadora, el óptimo estado de las cuchillas cortadoras y troceadoras, la disminución del número de cuchillas troceadoras, la realización de revestimientos con gomas, etcétera. Estas adaptaciones tienen como objetivo disminuir los daños mecánicos que pueden afectar las yemas durante la cosecha del lote semillero. En esta etapa se producen los mayores daños, que afectan la viabilidad de la caña semilla y, por tanto, su posterior brotación y el establecimiento del cañaveral.

• Plantación propiamente dicha. Tanto la plantación manual como la mecánica son eficientes en la ejecución del surcado y tapado. En la plantación mecanizada es muy importante determinar la cantidad de yemas viables por metro y, de esta forma, ajustar una buena densidad de siembra -número de yemas/surco- para evitar fallas en la plantación.

Para lograr el establecimiento de un buen cañaveral, los sistemas de plantación exigen atención y mejoras continuas en las distintas operaciones de campo.

Los técnicos del subprograma Agronomía de Caña de Azúcar de la Eeaoc vienen trabajando, conjuntamente con los productores cañeros, en la evaluación de los aspectos antes mencionados, para lograr un establecimiento exitoso del cañaveral.