“La gente no está bien anímica y moralmente; por eso, no te compra”, reflexionó Oscar López, un florista de la zona de la peatonal, en la capital. “Tengo 61 años y no ha pasado lo que pasa hoy”, añadió en un informe de LG Play sobre el impacto de las medidas sanitarias contra el coronavirus.

Los puestos de flores atraviesan, según describieron los propietarios, una difícil situación debido a la caída de las ventas. “Las personas no vienen a comprar porque los cementerios cerrados. El paro de colectivo hace también que no haya gente”, remarcó por su parte José Erazo.

Pese a la pandemia, los floristas ansían que este escenario cambie con la llegada de la primavera y el Día de la Madre. “Son meses fuertes”, reconocieron.