Tres bares del microcentro de Concepción fueron obligados a cerrar y sus propietarios fueron multados por inspectores de la municipalidad local durante la jornada de ayer.

La sanción, confirmada por autoridades del municipio, fue instrumentada al infringir éstos las últimas disposiciones del Comité de Emergencia de la provincia (COE). Estas contemplan la suspensión durante 15 días del funcionamiento de bares, confiterías, restaurantes y gimnasios.

Algunos de los empresarios habían anticipado que iban a desobedecer las medidas en razón de la angustiante crisis económica que enfrentan. Esta situación se vino agravando al estar obligados a no atender al público en prevención a la propagación del la covid-19.

El lunes pasado un decreto del intendente, Roberto Sánchez, flexibilizó el horario de atención de bares, restaurantes y gimnasios. Pero dejó en claro que estas reglamentaciones seguían sujetas a cualquier cambio que disponga el COE de la provincia.

Es lo que finalmente sucedió el viernes cuando se retornó a la fase 3 de la cuarentena al repuntar los casos de coronavirus en la provincia. “El municipio se rige en el marco de las decisiones que impone el Comité de Emergencia de Tucumán. Así lo venimos haciendo desde que comenzó la cuarentena. No podemos estar por encima de ese organismo”, insistió en aclarar Sánchez.


Protesta contra Sánchez

El viernes tras conocerse el retroceso de fase los propietarios de bares, restaurantes y gimnasio salieron a la calle a protestar contra las restricciones. En horas de la siesta se concentraron frente a la casa del intendente Sánchez.

A viva voz expresaron su rechazo a la medida del COE y advirtieron que no la iban a acatarla. Ese día, la manifestación se trasladó luego al frente de la intendencia local.

“La gente está enojada y por eso salió a la calle. No puede ser que cada vez que surgen nuevos infectados por el virus el fusible siempre resulte el sector comercial, gastronómico, gimnasio y afines”, expresó Julio Delgado, titular del Centro de Defensa Comercial del Sur (CDCS). “Vemos sublevación en la gente porque no puede soportar más cierre. Son muchos meses de parálisis por la mala acción y decisiones del COE”, añadió.

“No todo volverá a ser como antes de esta pandemia que nos golpea muy duro. Vamos a tener que aprender a convivir con este virus durante mucho tiempo. El desafío es asegurar el trabajo en la pandemia. La provincia no debe dejar rezagado a nadie”, expresó el propietario de un restaurante del medio que prefirió no identificarse.

“Hay que trabajar para que los bares y gimnasios no se conviertan en los grandes perdedores en la pandemia. Hay que combinar el control de los contagios para poder trabajar”, advirtió. Hizo notar que las empresas dedicadas a los servicios de gas, electricidad y agua “no resignaron ni un peso en rebajas ni nada que alivie la situación de nosotros los clientes”.


De Herrera

Fue el secretario de Gobierno de la intendencia, Julio César Herrera, quien conversó con los manifestantes y, aunque reconoció que la reacción del sector es comprensible, observó que cualquier decisión en contra de lo dispuesto por el COE escapa a las facultades del municipio.

“Lo que podemos hacer es intermediar ante la provincia. Ustedes deben elaborar un pedido formal para que sus actividades no se suspendan y nosotros la vamos a plantear ante el Comité de Emergencia”, explicó Herrera.

Es el acuerdo al que llegaron y que llevó a disolver la protesta. El fin de semana las disposiciones del COE fueron respetadas, pero ayer algunos bares y confiterías abrieron sus puertas.

Inspectores del municipio obligaron a sus propietarios a cerrar los locales y les labraron las multas correspondientes.