En las últimas temporadas, San Martín protagonizó momentos inolvidables y generó sensaciones que quedarán en la memoria de los hinchas. El 26 de junio de 2016, en Andalgalá, el equipo entonces dirigido por Diego Cagna consiguió el ansiado retorno a la B Nacional. Ahora el desafío se renovó con un proyecto más ambicioso: llegar a la Superliga luego de 10 temporadas de ausencia en la máxima categoría del fútbol argentino.

Uno de los que participó en aquella epopeya y hoy alimenta la ilusión de colaborar para que el “Santo” llegue a la máxima categoría del fútbol argentino es Gonzalo Rodríguez. “Turbo” y Rolando Serrano -junto a Víctor Rodríguez- son los únicos “sobrevivientes” de aquel plantel que consiguió el pasaje a la B Nacional. Ambos quieren volver a hacer historia en el club de La Ciudadela.

Buenos recuerdos

El futbolista de Aguilares reconoce que el presente de San Martín tiene varios puntos en común con lo vivido hace dos años. La pasión y la ilusión de los hinchas crece día a día. “La vida me dio la posibilidad de ser protagonista de tantas tardes de júbilo de San Martín. Soy un agradecido por todo lo vivido en el club. Es un tema que lo charlo siempre con mi esposa Mayra. Juntos recordamos cuando soñaba jugar profesionalmente. Dios colaboró para que a esa meta la pudiera concretar”, señaló el delantero que ya cumplió nueve temporadas en el club de Bolívar y Pellegrini.

A Gonzalo siempre le costó conseguir el reconocimiento de los hinchas, pero con paciencia y esfuerzo se ganó merecidamente los aplausos. “En la vida y en el fútbol, en los malos momentos redoblé el esfuerzo para no bajar los brazos. Para superar los malos momentos uno debe recurrir a la familia, que siempre te brinda el apoyo necesario para no claudicar”, acotó.

Durante la charla con LG Deportiva, el atacante reconoció que a los jugadores siempre les cuesta más conseguir el reconocimiento de los hinchas. “Todos los fines de semana estamos obligados a rendir un examen y superarlo exitosamente. Los años me hicieron tomar a esta situación como algo normal. Ya estoy acostumbrado. Por eso no condiciona mi trabajo durante las prácticas y ni mi actuación en los partidos”, señaló el delantero, que anotó cuatro goles en el certamen.

Luego de superar angustiosamente el obstáculo que significó Villa Dálmine en los cuartos de final del Reducido, Rodríguez reconoció que ese partido sirvió para poner a prueba todo el amor propio que tiene el grupo. “Nos quedan cuatro ‘finales’ para alcanzar la meta deseada. Cuando uno no está fuerte de la cabeza es complicado mantener la calma en este tipo de circunstancias. No es mi caso. Siempre tuve a mi lado personas que me ayudaron para formarme futbolísticamente, pero sobre todo como persona. Este presente lo vivo intensamente junto con mi familia. Cuando atravesamos momentos complicados, siempre me hicieron sentir sus voces de aliento para fortalecerme anímicamente”, expresó.

Ilusionado

“Turbo” se ilusiona por partida doble y espera vivir dos momentos especiales en las próximas semanas. Primero quiere conseguir el ascenso con San Martín y luego, en julio, nacerá Francesca, la primera hija que espera junto con su esposa Mayra. “Si ascendemos me convertiré en el hombre más feliz del mundo cuando nazca mi hija. Sería como tocar el cielo con las manos”, señaló.