Mientras la Justicia continúa investigando las causas de la muerte de Natalia Vargas, la joven médica que perdió la vida al caer de un parapente, desde el club de vuelo comentaron que todo indica “que hubo una falla muy grande en el procedimiento del piloto”. Así lo expresó a LA GACETA el manager de "Loma Bola Parapente", Sergio Bujazha.

El piloto profesional aseguró que descarta las primeras versiones que trascendieron que aseguraban que Natalia se había soltado tras sufrir un ataque de pánico: “lo que descarto de pleno es la responsabilidad de la pasajera”. Y agregó: “lo que calculamos es que Ariel (Salazar, el piloto que viajaba con la víctima) la quiso sostener desesperadamente -porque al parapente se lo veía un poco sin dirección-, y que se le fue escapando hasta que no la pudo sostener más”.

Tragedia en Loma Bola: la caída al vacío es un accidente poco habitual

En cuanto a la altura de la caída, Bujazha estimó que no se puede determinar exactamente a que distancia del suelo estaba cuando se produjo el accidente pero que podrían ser entre 100 y 200. “El parapente despega a 800 metros y va bajando hasta el aterrizaje. No se puede saber bien desde qué altura cayó pero estaba muy alto”, explicó.

Bujazha fue testigo del hecho: “estaba volando con una pasajera y la vi caer”. “Fue una imagen espantosa. Supe en primera instancia que no había ninguna chance de que estuviera viva. Tenía que preservar a mi pasajera así que volví a Loma Bola, aterrice y empezamos el operativo de rescate”, recordó.

"Observamos que Natalia Vargas despegó sin las perneras", dijeron desde "Loma Bola Parapente"

El viernes 29 de diciembre se hicieron entre 15 y 20 vuelos. El de Natalia fue el último. “Estuvimos varias horas buscándola. Encontrar a una persona en la selva es muy difícil, puede llevarte días. Tuvimos suerte de hallarla”, expresó Bujazha.

 LA DESPEDIDA. LA GACETA/ OSVALDO RIPOLL

Luego de permanecer tres días cerrado por duelo, el club volverá a abrir sus puertas hoy. “Continuaremos trabajando con la seriedad de siempre. Este es un momento de crisis muy grande pero creemos en nuestra capacidad, creemos que trabajamos de forma segura y que hubo una excepción gravísima”, consideró.

Según el piloto profesional, el club intentó comunicarse con Salazar -el instructor que viajó con Natalia- pero no obtuvo respuesta: “todavía no pudo hablar. Está muy shockeado por la situación. No hizo ninguna declaración ante la Fiscalía tampoco”. Y añadió: “está muerto en vida. Es una cosa que no le deseo a nadie”.

“Ella siempre soñaba con volver a la Argentina”, relató el padre de Natalia

“Llevamos 50.000 vuelos y nunca nos pasó nada parecido, ni cerca. En 20 años volamos todo el tiempo con pasajeros que se van absolutamente felices. Lo hacemos con mucho amor y cariño, y nos pasó algo terrible. Estamos absolutamente dolidos”, finalizó.

Natalia Vargas fue hallada muerta a 200 metros de distancia de la pista de despegue, tras un intenso operativo realizado por el Grupo Cero, Bomberos y el Siprosa. Tenía 28 años, era médica y se encontraba realizando la residencia de su carrera en Alemania. Había venido a Tucumán para pasar las Fiestas. Sus restos fueron cremados y esparcidos en la villa veraniega Las Estancias, en Catamarca.