LONDRES.- El camino de Roger Federer hacia su octavo título de Wimbledon y décimo noveno Grand Slam quedó despejado en buena medida con el adiós de Andy Murray y Novak Djokovic, los dos grandes rivales que quedaban en el cuadro. El suizo desplegó un tenis superlativo en la cancha central para vencer por 6-4, 6-2 y 7-6 (7-4) al canadiense Milos Raonic, pero su exhibición quedó quizás en un segundo plano por la derrota de Murray ante Sam Querrey por 3-6, 6-4, 6-7 (4-7), 6-1 y 6-1 y el posterior abandono de Djokovic debido a una lesión en el brazo derecho.

A un mes de cumplir 36 años, Federer se medirá mañana en semifinales al checo Tomas Berdych, que ganaba por 7-6 (7-2) y 2-0 a Djokovic cuando el serbio se retiró, incapaz de soportar el dolor. Seguramente Federer habría preferido que su rival en semifinales fuera Berdych. Y pocas dudas hay de que habría rubricado también que por el otro lado del cuadro se jugarán el pase a la final Marin Cilic y Querrey. El croata puso fin a la aventura de Gilles Müller (el verdugo de Rafael Nadal) al vencerlo por 3-6, 7-6 (8-6), 7-5, 5-7 y 6-1. “Todo el crédito para ellos”, señaló Federer.

Ni Murray ni Djokovic ni Nadal ni Stan Wawrinka. Del “Big Five” sólo llegó a semifinales Federer, que si antes de que arrancara el torneo era el favorito, ahora ya no hay ningún motivo para no sostener esa tesis.

Hoy, a las 9, se jugarán las semifinales femeninas: la española Garbine Muguruza ante la eslovaca Magdalena Rybarikova y la estadounidense Venus Williams ante la local Johanna Konta. (DPA-Especial)