Existen casi 2.000 especies de sifonápteros, los insectos conocidos como pulgas. Las diferencias entre unas y otras generalmente dependen de su víctima. Pulgas que se alimentan de sangre de perro, de gato y hasta de seres humanos. La variedad de su género permitió que surjan las pulgas para arqueros: Lionel Messi y Luis Rodríguez, los dos jugadores apodados de esa manera. La “Pulga” para el rosarino, el “Pulguita” para el tucumano. El diminutivo no debe ofender: Rodríguez ataca en la B Nacional y Messi lo hace en Europa.

Sin embargo, el de Simoca no se olvidó de su colega y tras el partido se comparó con el criado en barrio General Las Heras, Rosario. “Son cosas que a veces no entiendo, más allá de los goles lindos que pueda hacer. Messi hace muchos goles lindos y los árbitros no le dan la mano”, dijo Rodríguez.

Sucede que Alejandro Castro, el árbitro del partido, lo felicitó tras su segundo gol y cuando se estaba bañando, un allegado al juez mandó a pedir sus botines.

“Están caros los botines, por eso no se los di”, contestó el jugador que no hizo caso al pedido de Castro. Los botines del bicho que picó las redes y la pelota ayer en el Monumental, son dignos de un insecto: pequeños, con rombos blancos y negros y tres tiras naranjas flúor.

Como buen insecto, “Pulguita” sufrió un par de zapatazos durante el campeonato, pero no se murió. Ayer, con esa vaselina casi revivió luego de una lesión que lo marginó de partidos importantes y en los que el equipo lo necesitaba.

“El arquero me dio el espacio justo y entró”, relató Rodríguez que si bien se puso en los pies de Messi, retrocedió con algo de modestia: “creo que fue una casualidad que entrara esa pelota”.

Messi, que el fin de semana anotó su gol 371 en Barcelona, quizás no sepa que su imitador, con el golazo a Santamarina, anotó el número 80 en Atlético. Apenas 291 tantos de diferencia, pero los suficientes para seguir escalando en el top 10 de goleadores históricos.