El marfileño Serey Die sorprendió a todos mientras sonada el himno nacional de su país en el estadio Garrincha, de Brasilia. Decenas de hipótesis se tejieron sobre la emoción del volante de 29 años, quien juega actualmente en Basilea, de Suiza. La versión que circulaba por las redes sociales indicaba que las lágrimas de Die se debían a la muerte de su padre, ocurrida unas horas antes del comienzo del juego. Sin embargo, en su cuenta de Instagram, el jugador confirmó que su padre había fallecido en 2004, y que durante el himno se emocionó por vestir la casaca de su selección.