Una memorable edición de la UNT, en 1938, fue “Lecciones preliminares de Filosofía”, del doctor Manuel García Morente (1888-1942). El gran pensador vivió y enseñó un Tucumán, en el Departamento de Filosofía y Letras de la casa (1937-38). Sus clases, dictadas en el Colegio Nacional, tuvieron enorme éxito, y el libro se armó con los apuntes taquigráficos que se levantaron por gestión del Centro de Estudiantes.

En la revista porteña “Nosotros”, Juan Adolfo Vásquez dedicó a las “lecciones” un elogioso comentario. Un texto de Introducción a la Filosofía, decía, “debe ser normalmente un invitación y un estímulo para filosofar”, dedicado a alguien que no está aun familiarizado con esos temas, sino que los presiente y se inclina hacia ellos.

A su juicio, este libro reunía “con felicidad las condiciones que hacen de un volumen el mejor sucedáneo del profesor ideal”. Conservaba “el frescor del verbo suelto, de la lengua hablada, siempre más accesible al principiante que el pensamiento escrito, con frecuencia árido y enjuto”.

Es que García Morente presentaba los problemas “con la claridad de quien está acostumbrado a meditar y a exponer meditaciones. La lectura es casi una audición y, como tal, casi pasiva. Pero García Morente nos lleva a lo vivo, y la pasividad primitiva se convierte en el lector, insensiblemente, en un impulso hacia una espontánea reflexión, hacia un primigenio filosofar”.

A su juicio, “nos lleva de la mano hasta la mar de problemas”. Se zambulle “y bracea a lo largo de la sucesión clásica de las cuestiones; y llega, después de una jornada de más de 400 páginas, a plantear un interrogante de completa actualidad y que por primera vez aparece con rigor en un texto castellano de este tipo: el problema de la existencia humana”.