Su caso, como dice Silvina López Aragón, fue el de la eterna tía: es la mayor de cinco hermanos (la menor tiene ocho hijos y la que anterior, cuatro), desde chica soñó con ser madre, fue animadora de fiestas infantiles y luego eligió ser maestra jardinera.

A pesar de ese tiempo dedicado a niños ajenos, nunca se sintió frustrada. "Un buen día, cuando tenía 43 años, me hice un test de embarazo, aunque pensaba que se trataban de síntomas de la menopausia. Y me dio positivo. A partir de ahí no se me borró la sonrisa. Iba por la calle feliz, porque llevaba una vida adentro", sostiene Silvina. Y las primeras lágrimas llegaron cuando sintió, durante la ecografía, los latidos de Sofía.

Hoy su nena tiene cinco años y son parecidas, aunque no físicamente. Les gusta bailar, abrazarse y decirse mutuamente apodos cariñosos. Son compañeras y eso se nota a simple vista.

"Siempre digo que hay una edad para todo: a los 20 tenés la cabeza en otras cosas, como en salir o estudiar; y a los 40 estás más cansada. Yo siento que la maternidad me ha rejuvenecido. Entiendo los riesgos, pero quiero decirles a todas aquellas mujeres que quieren ser madres a esta edad que sí se puede. Lo recomiendo", resaltó.