"Me encanta ver a los chicos y chicas con los colores de nuestra patria latinoamericana, con las banderas de Colombia, Venezuela y Bolivia pintada en las caras". Así arrancó la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, su discurso en el Hipódromo de Tucumán, donde miles de militantes esperaron a la mandataria para el acto del Día de la Independencia.

En el palco la acompañaban el gobernador de Tucumán, José Alperovich; el vicepresidente, Amado Boudou; la senadora Beatriz Rojkés de Alperovich, el intendente de San Miguel de Tucumán, Domingo Amaya, y el presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado. En la primera fila, frente al escenario, miraban el acto el jefe de Gabinete, Florencio Randazzo, el ministro de Salud, Juan Manzur, y Susana Trimarco

La mandataria comenzó su discurso con el relato de lo que ocurrió en 1816, y lo comparó con la situación actual del país. "Son momentos históricos sumamente diferentes", dijo. "Qué bueno poder comparar lo que pasó hace casi 200 años, con lo que está pasando ahora", añadió, porque "mal que les pese, después de 1816, ganaron los que querían que la Argentina sea sólo un vendedor de materias primas".

"Algunos creen que guardándose la cosecha nos van a correr. Pero no nos van a correr. Primero está la patria", insistió.

"En esta década hemos dado una larga y dura batalla cultural y de opinión porque nos decían que esto no iba a durar. Claramente hay un intento de que nosotros, la América del Sur, vuelva a ser esa proveedora de commodities y se trasladen las grandes fábricas", señaló.

Para ilustrar esta "batalla cultural", habló del incidente del que fue víctima el preisdente Evo Morales, al ser retenido en un aeropuerto en Viena. "Me corre frío por la espalda, como cuando fui a Bolivia, y vi que un hermano presidente había sido detenido como si fuera un delincuente, o cuando me entero de que nos están espiando. Y no somos nosotros, son mentiras lo del Proyecto X. Es la CIA la que nos está espiando", añadió.

<"Que nadie me venga a hablar de la seguridad sin antes hablar de la reforma la Justicia. Susana Trimarco es el testimonio vivo de que se necesita una reforma. No queremos más Susanas Trimarcos en ninguna parte del país", argumentó.

"Ese es el mundo que nos quieren imponer: volver a ser productores de materias primas. Quieren que volvamos atrás con este modelo de industrialización y de inclusión - insistió-. "En esta década, además de nuestra autoestima, hemos reconstruido, el Estado. Hemos ayudado a la banca nacional y al empresariado nacional como nadie lo había hecho".

"La posicion financiera antes era extranjera. Hoy es nacional", señaló.

Tocar y ser tocada

Fiel a su costumbre de dialogar con los militantes que estaban abajo del escenario, Cristina le respondió a una persona que le gritaba "te quiero tocar".

"Si, me vas a tocar. Me encanta tocar y ser tocada", le dijo, y la frase desató risas en el Hipódromo, además de una catarata de comentarios en las redes sociales.

Apoyo al gobernador

El acto tuvo también un claro carácter de apoyo a la gestión de Alperovich. En varios tramos de su alocución, la mandataria recordó que Tucumán era conocida como "la capital de la desnutrición", cosa que ya no ocurre, dijo.