Como todos los días, un matarife de 40 años, que reside en la zona norte de esta capital, se aprestaba a llevar a sus hijos al colegio cuando fue sorprendido por dos ladrones que intentaron asaltarlo. Cuando quiso abrir la puerta de su garaje, cerca de las 7.30, los hombres lo encañonaron con sus pistolas 9 milímetros y le exigieron que ingresara a la vivienda.

Lejos de amedrentarse, el empresario los enfrentó. Tras unos segundos de forcejeo, relató la propia víctima, uno de los hombres hizo un disparo que impactó en la vivienda. Mientras eso ocurría, su hija, de 16 años, salió a ver qué sucedía. "Cuando vio que sangraba, porque recibí un culatazo en la cabeza, ella derribó a uno de los hombres con una patada", narró.

En ese instante se produjo un nuevo disparo y los asaltantes corrieron hacia la vereda y al llegar a la esquina, subieron a un auto con vidrios polarizados para escapar, contó. "Ella practica taekwondo pero nunca imaginé que reaccionaría de ese modo", reflexionó.

Su esposa y su hijo, de 11, permanecieron dentro de la casa. "Recomiendan no resistirse cuando uno es sorprendido por asaltantes armados pero me movilizó el miedo de que le hicieran daño a mi familia", manifestó el matarife. Unos minutos más tarde llegaron a su domicilio agentes de la comisaría 5° y una ambulancia. LA GACETA