Durante toda la vida la nutrición juega un papel importante en el desarrollo de tu hijo. Por eso tenés que prestar mucha atención a lo que le das de comer y a la forma en que preparás los alimentos. Para evitar problemas de nutrición, en el primer año tenés que darle prioridad a la lactancia materna y controlar los nuevos alimentos que irás agregando a medida que el bebé crece. "Los seis meses de vida son un momento crítico para el niño porque tiene que aprender a comer y también a conocer nuevas texturas y sabores, que deben incorporarse en forma paulatina", aconseja la doctora Meni Battaglia, asesora médica de ANI (Asociación de Empresas para la Nutrición Infantil).
La cocción juega un rol fundamental, ya que la ingesta de alimentos contaminados es un foco de infección para todos los niños. Si bien una de las patologías más conocidas es el Síndrome Urémico Hemolítico (habitualmente relacionado con las hamburguesas), la bacteria Escherichia coli que produce esta enfermedad está presente en un alto porcentaje de carnes. Solo es eliminada con una cocción completa, pareja en las superficies y en el centro. No debe quedar el centro rojo o jugoso. Otro punto importante es la contaminación cruzada al momento de preparar la comida. Tené mucho cuidado con las tablas, los cuchillos, tenedores y demás utensilios porque pueden ser foco de contaminación. Aquí tenés las 10 reglas de oro que debés respetar para alimentar bien y sin riesgos a tu bebé.
Dale de mamar hasta los dos años o más
La leche materna es el primer alimento para los lactantes. Tenés que empezar a darle la teta en la primera hora de vida, y mantenerla como única forma de alimentación durante los primeros seis meses. Los médicos recomiendan que le sigás dando el pecho hasta los dos años o más, pero complementado en forma adecuada con otros alimentos, ya que la leche materna deja de ser suficiente para atender las necesidades nutricionales del niño.
Prepará la cantidad justa de comida
Cuando los alimentos cocidos se enfrían a temperatura ambiente, los microbios empiezan a proliferar. Cuanto más esperés para consumirlos, mayor será el riesgo de contaminación. Prepará la cantidad de comida que consuma en el momento.
Es preferible que no guardés la comida de tu bebé
Si querés reservar alimentos cocidos tenés que prever su correcto almacenamiento. No guardés los alimentos del bebé. Si los alimentos cocidos no se pueden enfriar por dentro tan rápido como deseás (la parte central sigue caliente mucho tiempo) los microbios pueden proliferar y alcanzar rápidamente una concentración que puede causar enfermedades.
Recalentá bien los alimentos cocidos
Esta regla es la mejor medida de protección contra los microbios que pueden haber proliferado durante su almacenamiento. Un buen recalentamiento implica que todas las partes del alimento alcancen al menos una temperatura de 70° C.
Utilizá agua potable o hacela hervir
Tené cuidado con el agua que utilizás para preparar la comida de los lactantes. El uso de agua potable es tan importante para preparar los alimentos como para beber. Si no tenés agua de red, conviene que la hagás hervir antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo.
Cocé bien las carnes y otros alimentos
Muchos alimentos crudos (en particular el pollo y la carne) pueden estar contaminados por agentes patógenos. Para eliminarlos la cocción de la comida debe ser muy buena.
Evitá el contacto entre alimentos crudos y cocidos
Un alimento bien cocido puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con otros crudos. Esta contaminación cruzada puede ser directa, como sucede con la carne cruda de pollo o de vaca que entra en contacto con alimentos cocidos. La contaminación también puede ser indirecta. No hay que hay que preparar jamás un pollo crudo -por ejemplo- y usar después la misma tabla y el mismo cuchillo para cortar el ave cocida, porque resurgen los riesgos de contaminación microbiana.
Lavate bien las manos antes de empezar a cocinar
Acostumbrate a lavar muy bien tus manos con agua y jabón antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción (para cambiar los pañales al bebé, ir al baño, sacar la basura). Si estuviste preparando alimentos crudos como pescado, carne o pollo, lavate las manos antes de manipular otros productos alimenticios.
Mantené limpias todas las superficies de la cocina
Los alimentos se contaminan fácilmente. Por eso mantené perfectamente limpias todas las superficies utilizadas para prepararlos. No te olvidés de que cualquier desperdicio, migaja o mancha puede ser reservorio de gérmenes. Mantené limpios y desinfectados los paños y rejillas que entren en contacto con platos o utensilios.
Lejos de insectos y roedores
La mejor medida de protección es guardar el pan y los productos alimenticios en recipientes cerrados. Un descuido puede crear en tu hijo un problema de salud.