BUENOS AIRES.- Lo estuvo mirando con bronca, lo midió, lo agarró del hombro para acomodarlo y, con un gancho de derecha, le cruzó una trompada en la mejilla izquierda.

No ocurrió sobre un ring. Tampoco fue una pelea callejera. El escenario fue el anexo de la Cámara de Diputados, cuando Graciela Camaño, del Peronismo Federal, le pegó al kirchnerista Carlos Kunkel.

"Kunkel me cansó, lo estuve aguantando todo el año", justificó Camaño.

Ya había finalizado la sesión de la Comisión de Asuntos Constitucionales, de la que Camaño es presidenta, pero los diputados seguían discutiendo por la firma del dictamen de mayoría, que no era favorable a la oposición alGobierno.

Se habían tratado las presuntas presiones del oficialismo a diputados opositores para que avalen el presupuesto 2011, y se habían rechazado las cuestiones de privilegio planteadas por las diputadas Elisa Carrió, Cynthia Hotton y Elsa Alvárez.

Kunkel gritaba "no soy como esos que dicen que hay que dejar de robar por dos años y nunca dejaron de robar", una referencia a los famosos dichos de Luis Barrionuevo, marido de Camaño.

El golpe se produjo en una sala llena de gente y delante de las cámaras de televisión.

Kunkel estaba sentado y gesticulaba con la mano, cuando la dirigente peronista se acercó, discutió y luego de amagar con irse, volvió sobre sus pasos y le pegó un fuerte golpe. (NA-Especial)