"Vemos en el documental a un hombre brillante, que sabe que su tiempo está acabando y que tiene mucha pena de morir. El día en el cual él pensaba constantemente e intentó postergar, llegó", afirmó el director de cine Fernando Meirelles, quien llevó a la pantalla grande una versión de "Ensayo sobre la ceguera" en 2008. "Con la partida de Saramago el mundo queda más tonto y ciego", agregó quien coproduce un documental sobre los últimos años de Saramago y su mujer.

Así como Meirelles, desde gobiernos hasta personalidades de Iberoamérica y del mundo expresaron pesar por la desaparición del escritor portugués José Saramago, que falleció el viernes, en la isla canaria Lanzarote, a los 87 años.

"Nosotros, los de la comunidad lusófona, tenemos mucho orgullo de lo que hizo su talento por el engrandecimiento de nuestro idioma", dijo Luiz Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil, donde los escritores recibieron acongojados la noticia de la muerte del escritor. "Dejó una extraordinaria contribución para la literatura mundial y para la valorización de la lengua portuguesa, además de representar, por su conducta personal, un ejemplo de actuación a favor de un mundo más justo", dijo la cancillería.

Del mundo

España también fue profusa en mensajes de condolencias, desde el presidente de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta el presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy. El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, lo calificó de "mago de la palabra y un fabulador" que siempre defendió sinceramente aquello en lo que creyó.

Por su parte, el Instituto Cervantes enfatizó: "supo mirar con su agudo sentido crítico muchas de nuestras llagas".

En Cuba, los intelectuales elogiaron a Saramago, de actitud siempre provocadora -a menudo con la Iglesia-, como un escritor que fue consecuente con su ideología. Desde El Salvador, donde está exiliado, Ernesto Cardenal sentenció: "era un gran escritor, merecedor como pocos del gran premio Nobel". La poeta nicaragüense Gioconda Belli expresó: "siento como si la garganta poética del mundo hubiese perdido una de sus cuerdas vocales".

En México, el presidente Felipe Calderón lamentó la "dolorosa pérdida, no sólo para las letras iberoamericanas, sino para el pensamiento humanista contemporáneo".

En tanto el escritor Carlos Fuentes dijo: "su obra es de una calidad altísima ininterrumpida. De una manera o de otra (su obra) rescata la literatura en portugués porque estaba olvidada y él la volvió a poner en el panorama de la literatura mundial."

Por otro lado, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) se unió a las condolencias mundiales por la muerte del novelista, quien fue en varias ocasiones invitado, la última de ellas en 2006.

El gobierno de Ecuador, a través del secretario particular del presidente de Ecuador, Rafael Correa, Galo Mora, exaltó el compromiso político de Saramago.

Y, desde Uruguay, Eduardo Galeano, dijo que la de Saramago continuará "siendo una voz entrañable y ?extrañable?. Se extrañará su obra y también a él, a sus acciones, (porque) era un hombre que estaba siempre del lado de los perdedores".

En sus tierras

Unos 30 allegados y personalidades recibieron, en el aeropuerto militar de Lisboa, el féretro cubierto por la bandera nacional, símbolo de la reconciliación entre Portugal y el único premio Nobel de la literatura en lengua portuguesa.

En 1993, el escritor, que se describía a sí mismo como un "comunista libertario", había abandonado su país para instalarse en las islas Canarias. Portugal, reconciliado con su hijo rebelde, decretó dos días de duelo nacional.

Los restos serán velados en una capilla ardiente en la alcaldía de Lisboa hasta su cremación, prevista para hoy.

Las cenizas del autor de "El año de la muerte de Ricardo Reis", "El evangelio según Jesucristo", "Ensayo sobre la ceguera", entre muchas otras obras, serán diseminadas en su ciudad natal, Azinhaga, y en la isla canaria de Lanzarote. (Télam, AFP, NA, Reuter y DPA)