El cosmos atraviesa una etapa gélida tras alcanzar su esplendor hace eones, es decir, unidades de tiempo geológico más grande, representando miles de millones de años. Según explican las fuentes, la "producción de nuevas estrellas se está reduciendo" conforme el tiempo transcurre. David Sobral sostiene que actualmente "95% ya lo había hecho" viendo aquel total respecto a nacimientos galácticos. Dicha realidad marca un destino final para este espacio profundo.
Alerta climática: qué países podrían volverse inhabitables en 2050, según la NASACierta creación de astros requiere nubes gigantes con polvo cósmico, nebulosas llamadas así. "Gravedad junta los gases, que eventualmente se calienta". El profesor Douglas Scott advierte cómo galaxias "están haciendo" la conversión a una "tasa decreciente". Aquel proceso vital parece agotarse lentamente.
El reciclaje ineficiente y el desgaste generacional en las estrellas
Fuentes detallan que reutilización de elementos espaciales pierde efectividad durante un ciclo determinado. Al respecto, Douglas Scott señala: "cada generación de estrellas tienen menos combustible destinado a gastar". Tal fenómeno reduce drásticamente las probabilidades para ver nacer nuevos soles gigantescos.
Existe un límite físico insuperable respecto a energía disponible en bóveda celeste. El experto menciona: "solo podemos hacer una casa más pequeña" al intentar reciclar materiales usados previamente. Este agotamiento constante sugiere que brillo estelar terminará por desvanecerse tarde o temprano.
¿Qué va a pasar con el resto del universo?
La teoría de muerte térmica vaticina un futuro gélido donde crecimiento infinito dispersará toda fuerza vital. Fuentes afirman que llegará cierto punto donde "no se forman nuevas" luminarias espaciales. Esta dilatación enfriará el entorno hasta niveles incompatibles con cualquier rastro biológico. Panorama desolador bajo mirada científica rigurosa.
El cronómetro cósmico marca plazos extremadamente largos para este desenlace definitivo. Astrónomos estiman que fin llegaría en "un quinvigintillón de años". Douglas Scott tranquiliza al público indicando: "la formación de estrellas continuará durante" extenso periodo todavía. Queda bastante margen temporal buscando contemplar belleza nocturna actual.
El universo funciona como una fogata que agota sus leños; aunque removamos las brasas buscando trozos pequeños de madera, las llamas merman hasta dejar únicamente cenizas frías.