Cada año surgen cinco nuevas enfermedades, de las cuales tres provienen del mundo animal. La pandemia de covid-19, con origen zoonótico, es un claro ejemplo reciente. Además, la expansión del dengue y otras patologías transmitidas por mosquitos muestran cómo los desequilibrios ambientales impactan de manera directa en el bienestar de las personas.

Hablar hoy de salud es mucho más que referirse a la cura de enfermedades. En un mundo hiperconectado, acelerado y atravesado por el cambio climático, la contaminación y la urbanización creciente, el desafío ya no pasa solo por responder cuando el daño está hecho, sino por anticiparse. En ese marco cobra fuerza el enfoque de “Una salud”, un paradigma que entiende que la salud humana, la sanidad animal y la del ambiente están íntimamente conectadas y son interdependientes.

Tal como define la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se trata de un enfoque integrado para abordar las amenazas a la salud en la interfaz entre los animales, los seres humanos y el medio ambiente.

En Tucumán, este concepto empezó a traducirse en acciones concretas con la conformación de la “Red Una Salud”, integrada por autoridades de facultades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), investigadores del CONICET y referentes de distintas mesas de trabajo. En ese ámbito se definieron cinco áreas prioritarias: aire, agua, alimentos, movimiento y dimensión psicosocial, desde las cuales se analizan las distintas problemáticas.

El decano de la Facultad de Medicina, Mateo Martínez, remarcó que uno de los grandes desafíos es cambiar la forma de mirar la salud. “Si todos tuviéramos una mirada sistémica y global sobre los problemas que estamos viviendo, otra podría ser la realidad. Hoy cada uno ve su pequeño problema, pero el cambio climático y la grave contaminación del planeta impactan de lleno en la salud humana. No hay otra alternativa que un enfoque integrador”, sostuvo.

Martínez admitió que incluso dentro del ámbito médico este paradigma todavía es poco conocido. “Seguimos muy atados al caso clínico individual y nos cuesta ver a una comunidad en riesgo”, explicó.

Dos científicas del Conicet son premiadas por sus estudios para salvar cultivos y frenar el dengue

El avance del cambio climático abre además la puerta a nuevas amenazas: crisis energéticas, problemas en la producción y el acceso al agua, desplazamientos poblacionales por causas ambientales y un aumento de eventos extremos como olas de calor. Estos impactos no afectan a todos por igual. “La enfermedad siempre golpea primero a los más vulnerables: adultos mayores, niños pequeños, personas que viven en contextos de pobreza. Por eso este enfoque también es una mirada de equidad”, advirtió el decano.

En ese sentido, el enfoque “Una Salud” amplía la discusión más allá de la atención médica. No se trata solo de un problema sanitario, sino de salud pública y, en muchos casos, de seguridad sanitaria. “La pandemia dejó en evidencia cómo ciertas enfermedades pueden alterar el funcionamiento social, productivo y económico: cuarentenas, restricciones, conflictos sociales y ruptura de vínculos comunitarios. A esto se suman otros escenarios posibles, como desastres ambientales, derrames químicos o eventos climáticos extremos, que generan no solo enfermedades, sino también crisis energéticas, de agua, de alimentos y de circulación”, señaló.

“Todos estos fenómenos son problemas de salud, pero también comprometen la seguridad en un sentido amplio”, apuntó Martínez. Frente a ese escenario, la “Red Una Salud” busca promover investigación, formación de posgrado y proyectos de intervención que permitan abordar la salud como un fenómeno colectivo, atravesado por el ambiente y las condiciones de vida. Se propone un cambio profundo: dejar de pensar la salud únicamente desde el consultorio para empezar a construirla, de manera integrada, en la comunidad y en el territorio.

Antecedentes

Aunque el concepto de “Una Salud” gana cada vez más espacio en ámbitos académicos y científicos, todavía resulta poco comprendido por la sociedad en general. Y eso que no es algo nuevo. Sus primeros antecedentes se remontan a 1921, cuando investigadores comenzaron a plantear la integración entre la medicina humana y la medicina animal. Décadas más tarde, estos aportes derivaron en los Principios de Manhattan, que sentaron las bases para pensar la salud como una estrategia clave frente a posibles pandemias.

En 2010 figuras como Bill Gates advertían sobre la necesidad de prepararse ante pandemias capaces de causar millones de muertes en pocos meses, señaló el doctor Rodrigo Marañón, docente e investigador.

“Cuando miramos el entorno y la naturaleza, aprendemos que dependemos profundamente de ellos”, reflexionó Marañón. Dijo que un pilar central es la colaboración multisectorial. “La salud ya no puede abordarse desde una sola disciplina. Nadie se salva solo. Necesitamos que todas las áreas, directa o indirectamente involucradas, participen y aporten su mirada”, sostuvo.

La discusión sobre Una Salud es urgente. Según señaló, los datos lo confirman: el 60% de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas, el 75% de las enfermedades emergentes tienen origen animal. Además, el 80% de los agentes con potencial bioterrorista son patógenos zoonóticos.

“El dengue está en la región”: Medina Ruiz alertó sobre la circulación del virus y pidió mantener las medidas preventivas

A esto se suma el crecimiento poblacional. Según estimaciones internacionales, la población mundial alcanzará los 9.000 millones en 2037 y los 10.000 millones en 2060, lo que incrementará la presión sobre los sistemas productivos, los ecosistemas y la seguridad alimentaria. “Es un ciclo vicioso que se da en detrimento del ambiente y que resulta profundamente preocupante, sobre todo cuando uno piensa en las próximas generaciones”, advirtió Marañón.

Las áreas de impacto del enfoque “Una Salud” son amplias: enfermedades zoonóticas, resistencia antimicrobiana, seguridad alimentaria, enfermedades transmitidas por vectores, salud mental, enfermedades crónicas y salud ocupacional, entre muchas otras.

Las urgencias: los virus transmitidos por animales, la contaminación del aire y la isla de calor

El enfoque “Una Salud” destaca la necesidad de anticipar y controlar una amplia variedad de enfermedades que se transmiten de animales a personas. Entre ellas se incluyen infecciones como la covid 19, además de fiebre amarilla, gripe aviar, hantavirus, rabia, ébola, dengue, zika y Mpox o viruela del mono. Además, habla de otra urgencia: la contaminación del aire, que provoca millones de muertes humanas, así como también el aumento de las temperaturas tiene una relación directa con el bienestar. Tucumán se ha convertido en una “isla de calor” y esto afecta directamente la salud mental de los ciudadanos.

Salud humana y animal  

-60% de los patógenos que causan enfermedades en los humanos tienen su origen en animales.

-75% de las patologías infecciosas emergentes provienen también del reino animal.

-20% de la producción de alimentos se pierde debido a enfermedades en animales.