Las afecciones que llegan con el envejecimiento no siempre aparecen de forma repentina. Aunque a menudo parece que los "achaques" nos toman por sorpresa, la ciencia sugiere que nuestro cuerpo y nuestra mente envían señales de alerta mucho antes de lo que imaginamos. Según expertos, enfermedades graves como la demencia pueden advertir su aparición incluso décadas antes de un diagnóstico formal.
Cinco hábitos que protegen la salud y alargan la vida, según un estudio de HarvardUn reciente estudio liderado por investigadores del University College de Londres (UCL), en el Reino Unido, reveló que existen signos específicos en la mediana edad que funcionan como predictores tempranos. Tras analizar los datos de 5.811 personas de entre 45 y 69 años durante un período de 25 años, los científicos lograron identificar comportamientos y estados emocionales que marcan el camino hacia el deterioro cognitivo.
El vínculo entre la depresión y el olvido
Los hallazgos, publicados en la prestigiosa revista Lancet Psychiatry, ofrecen una perspectiva reveladora: no es la depresión en su totalidad lo que predice el riesgo, sino ciertos síntomas específicos. El estudio determinó que las personas que manifestaban síntomas depresivos en la mediana edad tenían un 27% más de riesgo de desarrollar demencia décadas después.
Sin embargo, el riesgo no es uniforme para todos. Los investigadores concluyeron que este incremento está directamente relacionado con seis signos particulares manifestados antes de los 60 años.
Los seis signos de alerta a los que debemos prestar atención
Según el informe, estos síntomas disminuyen la denominada "resiliencia cognitiva", dejando al cerebro más vulnerable al paso del tiempo. Los predictores identificados son:
1. Pérdida de confianza en uno mismo: Sentir que ya no se cuenta con las mismas capacidades de antes.
2. Incapacidad para afrontar problemas: Dificultad para gestionar los obstáculos cotidianos.
3. Falta de calidez y afecto hacia los demás: Un distanciamiento emocional notable con el entorno.
4. Insatisfacción con el modo en que se realizan las tareas: Una autocrítica constante o desgano frente a las responsabilidades.
5. Dificultades para concentrarse: Problemas para mantener el foco en actividades simples.
6. Nerviosismo constante: Un estado de inquietud o ansiedad frecuente.
De este listado, los investigadores destacaron que la pérdida de confianza y la dificultad para afrontar problemas son los signos más alarmantes: quienes los padecieron mostraron un aumento del 50% en el riesgo de desarrollar demencia.
La importancia de la detección temprana
"Nuestros hallazgos muestran que el riesgo de demencia está vinculado a un conjunto de síntomas depresivos específicos, más que a la depresión como un todo", explicó Philipp Frank, autor principal del estudio. Para el experto, este enfoque permite identificar quiénes son más vulnerables mucho antes de que el daño sea irreversible.
Si bien la coautora Gill Livingston advierte que aún se necesita más investigación para confirmar si tratar estos síntomas reduce directamente el riesgo, el consenso científico apunta a que abordar la "causa raíz" en la mediana edad podría fortalecer la salud cerebral a largo plazo.
En la actualidad, aunque no existe una cura para la demencia, la prevención temprana se ha convertido en la herramienta más poderosa. Mantener hábitos mentales activos, realizar ejercicio físico y prestar atención a estos cambios en el estado de ánimo antes de los 60 años podrían ser las claves para proteger nuestra memoria en el futuro.