El Gobierno nacional avanza con apuro en el temario de sesiones extraordinarias, que incluye la Reforma Laboral como uno de los ejes centrales antes del receso estival. No obstante, la urgencia del Ejecutivo choca con los tiempos del Senado, donde la conformación de bloques y las negociaciones con la oposición dialoguista aparecen como los principales desafíos.
La presidenta del bloque de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, afirmó que el objetivo es sancionar la reforma “antes de fin de año” y señaló que ya hay conversaciones con bloques no kirchneristas. Además, rechazó que la iniciativa genere desfinanciamiento en las obras sociales sindicales o en la Anses. “Si se blanquea el 43% de trabajadores que hoy está en la informalidad, habrá más aportes y más recursos”, sostuvo, y aseguró que la reducción de cargas laborales permitiría ampliar la formalidad, con mayor financiamiento para jubilaciones y obras sociales.
Hoy se conformarán las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda, y el miércoles comenzaría el debate. La estrategia oficialista prevé un cuarto intermedio hasta el jueves -con posible extensión al viernes- para intentar emitir dictamen. Una vez cumplido el plazo reglamentario, las fechas tentativas para llevar el proyecto al recinto serían el viernes 26, el lunes 29 o el martes 30, último día de las extraordinarias.
La discusión es estratégica: durante las extraordinarias solo pueden tratarse proyectos enviados por el Ejecutivo. A partir del 1° de marzo comenzarán las sesiones ordinarias, cuando la oposición planea impulsar sus propias propuestas, incluso desde bloques peronistas disidentes.
“Un colectivo lleno”
Para el economista Clemente Babot, la apuesta oficial se basa en un diagnóstico persistente: “muy poca creación de empleo privado y una informalidad dominante”. En Tucumán -planteó- el estancamiento es evidente: “Hoy existen alrededor de 170.000 empleos privados formales, prácticamente el mismo nivel que hace 10 años”.
Reforma laboral: el Gobierno ratificó que aplicará el protocolo antipiquetes para la marcha de la CGTSegún Babot, el sistema actual “beneficia a quienes ya están adentro, pero deja a una mayoría afuera”. Por eso, la reforma apunta a bajar el costo de contratar mediante herramientas como un fondo de cese laboral opcional y una base de cálculo más acotada para las indemnizaciones. “El mensaje hacia las empresas es claro: contratar debe ser menos riesgoso y más previsible”, explicó.
El Gobierno insiste pese al costo político porque -según Babot- considera que “la pasividad tiene un costo mayor que el conflicto”. Y sintetizó el problema estructural con una metáfora: “El mercado laboral argentino funciona como un colectivo que viene lleno y no recoge pasajeros”.
Tensiones controladas
El politólogo Santiago González Díaz interpreta que el Ejecutivo busca capitalizar el envión político tras las elecciones de medio término. “La apuesta es que, a partir de la flexibilización laboral, resulte un escenario de reactivación económica con mayor creación de trabajo”, dijo. Si eso ocurre, el Gobierno podría consolidarse de cara a una reelección.
Sobre el riesgo electoral, considera que en el corto plazo “no repercutirá negativamente”, salvo que la gestión no logre resultados visibles. En Tucumán, evaluó que el acompañamiento dependerá de negociaciones: “Osvaldo Jaldo acompañará, pero encontrando puntos medios y evitando ir contra derechos laborales”.
Agenda del Congreso: se acelera el debate por la reforma laboral y el Presupuesto 2026Respecto del peronismo, anticipa nuevas fracturas: “Ya se observan quiebres, con el armado de bloques provinciales fuera del espacio mayoritario”.
Reacomodamientos
El politólogo Julio Picabea enmarca la iniciativa en un proceso más amplio: “La reforma laboral -junto con la tributaria y la previsional- forma parte de transformaciones estructurales pendientes”. Destacó que la informalidad ronda el 45% y que el empleo privado formal no crece desde 2012.
La Casa Rosada, sostuvo, “ha demostrado gestionar bien la conflictividad”, y ve en esta reforma una condición para sostener el sistema previsional ante el envejecimiento poblacional que se acelerará hacia 2040. En el plano provincial, señaló que “una actualización normativa podría favorecer sectores dinámicos en Tucumán, como software, telecomunicaciones y turismo”.
Picabea también prevé un reordenamiento del peronismo: “La reforma actuará como un catalizador de diferencias internas en un espacio que atraviesa su crisis más profunda desde 1983”.