Julio Cordero, secretario de Trabajo y uno de los artífices de la reciente reforma laboral, defendió los cambios impulsados por el gobierno de Javier Milei. El funcionario negó categóricamente que la iniciativa elimine derechos adquiridos y argumentó que su objetivo principal es atacar la informalidad y generar empleo genuino.
Al ser consultado sobre el rechazo sindical y el recorte de contribuciones solidarias, Cordero atribuyó la postura de los gremios a la defensa de "intereses propios". Explicó que, durante los períodos de alta inflación, los porcentajes que fluían hacia los sindicatos pasaban desapercibidos, generando lo que calificó como "desbordes".
"No es que se les esté sacando, se está regularizando. Hoy, con una inflación en torno al 2,3% y una economía estable, esos costos resultan evidentes", señaló. No obstante, destacó que existe "un sindicalismo sano" consciente de la necesidad de cambios coyunturales.
Indemnizaciones y litigiosidad
Uno de los puntos más sensibles es la modificación del artículo 245 sobre indemnizaciones. Cordero aseguró que "no hay una sola quita de derechos", sino que se trata de una redacción "aclaratoria" para evitar interpretaciones dispares en distintas jurisdicciones, como sucedía en la provincia de Buenos Aires. La reforma busca estandarizar que el cálculo no incluya conceptos como el aguinaldo, al lotorgar mayor seguridad jurídica.
Además defendió el traspaso de la justicia laboral a la Ciudad de Buenos Aires, con el argumento de que se trata de cumplir con una manda constitucional y sanear las distorsiones interpretativas que han elevado la litigiosidad.
Flexibilización, banco de horas y vacaciones
Sobre la jornada laboral, el secretario aclaró que no se extenderá el horario de trabajo ni se eliminarán las horas extras. La novedad radica en la implementación de un "banco de horas", que permitirá compensar jornadas a través de la negociación colectiva. "Es un pedido muy fuerte de la población joven. El sistema actual es rígido y obliga a la presencialidad incluso sin tareas efectivas", explicó.
Esta flexibilización se extiende a las vacaciones, permitiendo su fraccionamiento en períodos mínimos de siete días, algo que, según Cordero, los empresarios evitaban por temor a multas.
Ultraactividad y futuro de la ley
Respecto a la ultraactividad de los convenios, Cordero precisó una distinción clave: las "cláusulas normativas" (derechos y condiciones) seguirán vigentes, mientras que las "cláusulas obligacionales" (aportes específicos, capacitaciones o fondos extra) caerán si no hay nuevo acuerdo. "Muchos de estos costos se acumularon en el tiempo y deben revisarse para ver si siguen siendo eficientes", indicó.
Finalmente, sobre las posibilidades de aprobación en el Congreso, Cordero se mostró optimista. "La ciudadanía pide desesperadamente que hagamos algo. Como servidores públicos, tenemos la obligación moral de no mirar para otro lado", remarcó.