La entrega por parte de Hamás de los primeros ocho cuerpos de rehenes a Israel, en el marco del acuerdo de alto el fuego permitió a sus familias iniciar el proceso de duelo y cumplir con un principio fundamental del judaísmo: el retorno del cuerpo a la tierra. Esta práctica, profundamente arraigada en la tradición judía, considera el cuerpo como "sagrado" y esencial para el descanso eterno del alma.
"La imperiosa necesidad de recuperar los cuerpos es un valor central en el judaísmo, ya que el cuerpo se considera un receptáculo sagrado del alma infundida por Dios. No importa si ha pasado un año o diez, haremos todo lo posible para recuperarlo", explicó el rabino Steven Burg, director de ‘Aish’, una organización educativa con sede en Jerusalén. Burg añadió que las comunidades más ortodoxas evitan las autopsias, considerándolas "dolorosas para el alma, que permanece en el cuerpo hasta el entierro".
Paul Sánchez, periodista español convertido al judaísmo tras residir en Israel entre 2012 y 2017, explicó otra dimensión de esta creencia. "Existe la convicción de que la integridad del cuerpo es fundamental para la resurrección en la era mesiánica. Por eso, la incineración es prácticamente inexistente en Israel", advirtió.
Esta profunda reverencia por el cuerpo se traduce en una infraestructura dedicada a la recuperación de restos humanos. Sánchez destacó la labor de la organización Zaka, compuesta principalmente por voluntarios judíos ultraortodoxos, que "se dedica a recuperar cada fragmento de los fallecidos, incluso su sangre". Los voluntarios de Zaka jugaron un papel crucial en la recuperación de los restos de muchas de las víctimas de los ataques de Hamás del 7 de octubre.
El peso del Holocausto en la memoria colectiva
El rabino Burg subrayó que la búsqueda de los cuerpos también está fuertemente influenciada por la memoria del Holocausto, donde muchos judíos fueron incinerados sin un entierro digno, dejando heridas emocionales profundas en las familias. "El Holocausto impidió que mucha gente despidiera a sus seres queridos de manera adecuada. Es un recuerdo de hace más de 70 años que aún resuena en el presente", afirmó.
Burg consideró que el acuerdo de alto el fuego y la recuperación de los cuerpos son un paso necesario para que "los judíos regresen a casa". Sin embargo, no ocultó su incomodidad por la liberación de presos palestinos, al describir a algunos como "horribles" y anticipar un endurecimiento de las penas para futuros actos similares.
"Es crucial para el judaísmo"
La recuperación de cuerpos completos o incluso partes de ellos es crucial en el judaísmo. No ser enterrado íntegramente se considera una aflicción, ya que impide la preparación adecuada para la llegada del Mesías y la resurrección. De ahí la labor de organizaciones como Zaka, que recolectan restos humanos tras atentados en Israel, buscando asegurar un entierro apropiado. La referencia bíblica de Ezequiel 29:5 ("Te abandonaré a tu suerte en el desierto y no serás recogido ni enterrado") ilustra la severidad de esta idea.
Si bien una parte significativa de la población israelí es laica, la tradición y la ortodoxia judías mantienen una influencia considerable.
Más allá de la dimensión religiosa, el profesor Ely Karmon, experto en terrorismo y Hezbolá, destacó un principio fundamental del ejército israelí desde su creación: nunca abandonar a los heridos en el campo de batalla.
"Este difícil proceso ejemplifica el compromiso moral de Israel de asegurar el regreso de todos sus soldados desplegados en misiones operativas," señaló un comunicado de las Fuerzas Armadas israelíes. "Refleja la fortaleza moral derivada del judaísmo, los valores sociales y el espíritu del ejército israelí", afirmó.