¿Hay un nuevo Osvaldo Jaldo? Por lo pronto, se puede decir que hay una nueva versión del gobernador. La reconfiguración del tablero nacional, producto de la condena a Cristina Fernández de Kirchner, parece haberlo convencido de que debía desempolvar un viejo manual de política. Es así que pasó de las insinuaciones a los dichos. Lo que aún resta saber es si también llegará a los hechos. El tiempo lo dirá.
Indudablemente, el antecedente de los magros resultados que ofreció el peronismo en los comicios provinciales que ya se desarrollaron y el inamovible promedio de adhesión que registra La Libertad Avanza precipitaron decisiones. Tras advertir la semana pasada que el presidente Javier Milei no podría gobernar sin el apoyo de las provincias, Jaldo amaneció el lunes sentado junto a sus pares en Buenos Aires. La víspera de esa cumbre estuvo signada por los intentos de la Casa Rosada de boicotear su concreción. Llamados y mensajes a los gobernadores aliados y dialoguistas resultaron en vano: en el Consejo Federal de Inversiones se sentaron desde los más opositores hasta los más cercanos, como el entrerriano Rogelio Frigerio o el porteño Jorge Macri. La foto terminó siendo impactante, y la prueba más concreta de que la Nación acusó recibo fue el silencio del siempre verborrágico Presidente. Milei, suelto de improperios, esta vez optó por no referirse al planteo de todos los jefes distritales, a los que en otra ocasión no tuvo reparos en tildar como parte de la defenestrada casta.
Jaldo cuestionó la distribución nacional de fondosLa situación de ahogo que experimentan las provincias en sus cuentas públicas, pero fundamentalmente la falta de respuestas oficiales, terminó por aglutinar a todos los gobernadores, sin distinciones partidarias. De allí surgió la idea de coparticipar el impuesto a los combustibles, destinado al mantenimiento de rutas, y los Aportes del Tesoro Nacional que no se ejecuten. Pero la negativa de la Nación es tajante y la confirmó el propio Guillermo Francos en el Senado. En el Congreso, el jefe de Gabinete recordó la oferta de transferir a las provincias la totalidad de las obras viales, con la llave de la Dirección de Vialidad Nacional. Pero muchos gobernadores se oponen, entre ellos el tucumano Jaldo. “Tucumán tiene 600 kilómetros de rutas nacionales y la provincia no las puede recibir”, había advertido en abril.
Estación seca
Para la Nación, la prioridad es el equilibrio en las cuentas públicas y la responsabilidad de ordenar las finanzas es de los propios gobernadores. Lo reiteró Francos en el Senado, pero por las dudas lo había dicho en Tucumán el martes José Luis Daza, viceministro de Economía de la Nación. “Hay un tema muy importante con las provincias: los gobernadores tienen que acompañar en ese esfuerzo (de Nación) y reducir el gasto, el tamaño del Estado, reducir impuestos y eliminar impuestos absolutamente distorsivos”, lanzó casi al cierre de su alocución el funcionario, en alusión a Ingresos Brutos. El asunto es que las provincias aducen que el margen de ajuste ya se agotó, y hasta los más dialoguistas entienden que es momento de plantarse. “La situación macroeconómica y microeconómica aún no muestra un despegue, especialmente en el consumo a nivel nacional”, afirmó el miércoles, en conferencia de prensa, el gobernador Jaldo. Traducido en lenguaje coloquial, la preocupación radica en que el comienzo de la estación seca del año coincide con la sequía en la economía doméstica. En Tucumán, la caída en las ventas alcanzó el 17% al 18% el mes pasado y las compras por el Día del Padre mermaron más de un 1% respecto de 2024. No es casual que se haya decidido adelantar la celebración por el Día del Niño al 10 de agosto, apelando a que la gente aún cuente dinero. El caso de Scania y su planta en Colombres es uno de los más emblemáticos. Trabajadores y gremialistas del sector avizoran más días de parálisis y hasta eventuales cesantías en el rubro metalmecánico y en el textil, fundamentalmente.
Ese mismo miércoles, el titular del Poder Ejecutivo ratificó su nueva fisonomía con un aviso a la Casa Rosada: esta vez no encontrará “héroes” dentro del Bloque Independencia para sostener un eventual veto a la reforma jubilatoria o a la declaración de emergencia en discapacidad. “No hay dudas que si hay veto no los vamos a acompañar. El voto nuestro es único”, se atajó Jaldo, anticipando de esa manera cuál será la posición de Agustín Fernández, Elia Fernández de Mansilla y Gladys Medina.
Unidad, ¿o derrota?
La pregunta ineludible que asoma, entonces, apunta a saber si esta transformación del tucumano tendrá su correlato en el plano electoral. Por lo pronto, hay que advertir que la relación entre Jaldo y la Nación todavía no se ha dañado. De uno y de otro lado entienden que las balas de fogueo son necesarias para mostrar diferencias en tiempos de campaña. El asunto es que la pelea tenga códigos que puedan ser respetados. “Por ahora todos son golpes de la cintura hacia arriba. Si esto sigue así no habrá mayores inconvenientes, salvo que aparezca alguna zancadilla”, grafica un jaldista. La cuestión es que en no mucho tiempo más el peronismo local deberá resolver si competirá en unidad o si finalmente el antimileísmo lo hará por afuera de la lista oficial en los comicios de octubre.
Pintadas que postulan a Noguera y un reclamo a Jaldo: a favor o en contra de MileiFuentes de uno y de otro sector admiten que la tensión mermó luego de la reunión entre el legislador Javier Noguera y el gobernador, mediante la que se destrabaron fondos para la Municipalidad de Tafí Viejo. Sin embargo, aclaran que aún se está lejos de cualquier acuerdo. Sí hay un factor determinante: los porcentajes de adhesión que todavía mantiene el presidente Milei. Los números que manejan en el oficialismo y en la oposición de Tucumán dan cuenta de que la imagen positiva del jefe de Estado ronda el 45%; incluso en ciudades netamente peronistas, como Banda del Río Salí, ese promedio se mantiene. Lo que aún no puede presumirse es cuánto de ese caudal podría ser transferido al candidato que La Libertad Avanza proponga en Tucumán (si los recientes elogios de Milei sirven de parámetro, el elegido debería ser Lisandro Catalán).
De todas maneras, esta realidad puede hacer cambiar la percepción de la Casa de Gobierno, o al menos revisarla. Jaldo sabe que no puede permitirse perder la provincia frente a la ola violeta, y la irrupción de una lista peronista por fuera de la estructura oficial implicará una pérdida de votos que, llegado el caso, pueden ser cruciales. ¿Esto implica que Noguera podría colarse en la nómina de la Casa de Gobierno en un lugar salible? Es prematuro, pero en el entorno del mandatario comienzan a convencerse de que es menos perjudicial quedarse con dos diputados puros y no con tres -como ahora- antes que amanecer el lunes 27 de octubre derrotados. Del otro lado, al menos en lo discursivo, las declaraciones van en el mismo sentido. “Esa unidad, si se quiere, va tomando forma. No voy a decir que está totalmente resuelto porque tenemos aún muchas diferencias”, planteó esta semana Noguera.
Otro elemento que podría jugar a favor de la unidad justicialista es que la marcada polarización parece difícil de ser quebrada. El oficialismo tucumano llegaría más holgado a los comicios si esa lógica pudiera romperse con la dispersión opositora. Pero hasta aquí, el concepcionense Roberto Sánchez sólo ha hecho esfuerzos esporádicos para ser captado por el radar electoral. El análisis de este escenario fue parte de la charla en la breve reunión que ayer mantuvo Jaldo en su despacho con el legislador Ricardo Bussi, quien acudió a la Casa de Gobierno por una ley vetada. El presidente de Fuerza Republicana volvió a refunfuñar este viernes contra Catalán, y a responsabilizarlo por su alejamiento del ecosistema libertario.
Al borde del ridículo
Entretanto, el oficialismo casi cierra la semana con un papelón inédito. Y vaya paradoja: zafó del bochorno gracias a una mano de la oposición. Suena contradictorio, pero que ocho legisladores enfrentados al PJ hayan votado en contra de las contrataciones directas para el Procrear II permitió que el Gobierno obtuviera esa autorización. Ocurre que en la sesión del jueves, el decreto firmado por Jaldo estuvo al borde de no ser tratado. Para atender iniciativas que beneficiaban a sectores de la sociedad presentes en el recinto, los parlamentarios postergaron su tratamiento para la siesta. El asunto es que a esa hora sólo había sentados 22 representantes del peronismo y los aliados Alfredo Toscano y Ernesto Gómez Rossi, cuando para el quórum se necesitan 25 legisladores.
Legislatura: con lo justo, el PJ logró avalar el DNU por el barrio Procrear IIEs insólito, porque el oficialismo tiene 33 representantes dentro de su bloque, más los apoyos habituales. ¿Dónde estaba el resto? Dos en el comedor, algunos se habían marchado ya y otros directamente no habían asistido a la tercera sesión consecutiva de la semana. En esa lista de ausentes hay jaldistas, otros que no lo son tanto y un par de disidentes, por lo que hablar de una motivación política como trasfondo sería caprichoso. Sin embargo, las especulaciones dieron vuelta durante toda la jornada y motivaron ayer que el vicegobernador Miguel Acevedo explicara lo sucedido a su compañero de fórmula en una reunión matutina. A lo largo del día, quienes no aparecen en la foto de la votación se preocuparon por informar cuáles habían sido los argumentos para ausentarse.
Ahora es una anécdota jocosa, pero podría haber terminado en escándalo dentro del oficialismo: si los opositores presentes se levantaban, la sesión caía y el decreto referido al emprendimiento habitacional no hubiera sido respaldado. Indudablemente, la sintonía fina del presidente de la Cámara con los referentes opositores funcionó para salvar al peronismo de cerrar la semana con un ridículo político.