El día a día puede ser tan ajetreado que el tiempo para las actividades es cada vez más ajustado. Realizar actividad física una hora al día todas las semanas resulta casi imposible sin embargo no es necesario dejar de lado la salud y olvidar el intento de nuevos ejercicios.
¿Es saludable tener lapsus? Descubrí cuándo olvidar ayuda a tu bienestarLa NASA desarrolló una nueva alternativa simple y divertida para realizar las actividades necesarias para cuidar el cuerpo, los músculos y el ritmo cardiovascular. Se necesita solo un elemento sencillo y una corta cantidad de tiempo: solamente 10 minutos.
¿Cómo se desarrolló el nuevo ejercicio de la NASA de 10 minutos?
Ocho jóvenes de entre 19 y 26 años participaron en un experimento donde caminaron y corrieron en una cinta a distintas velocidades y saltaron en un trampolín a diferentes alturas. Durante ambas actividades, se midieron el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la aceleración. Los resultados mostraron que, aunque el esfuerzo cardiovascular era similar en ambas, el trampolín generaba mayores estímulos biomecánicos.
Esto significa que saltar en trampolín impone más estrés físico sobre músculos, huesos y articulaciones que correr. El trabajo externo también fue notablemente mayor al rebotar, con diferencias de hasta un 68% respecto a la cinta. A pesar de que la exigencia cardíaca era la misma, el trampolín implicaba un esfuerzo más completo y desafiante para el cuerpo.
La efectividad del entrenamiento de rebote desarrollado por la NASA
El entrenamiento con trampolín ofrece un ejercicio de cuerpo completo y bajo impacto, ya que la colchoneta y las cuerdas elásticas absorben hasta el 85% del peso en cada aterrizaje. Esto reduce la presión sobre las articulaciones, permitiendo un ejercicio intenso pero seguro, incluso a largo plazo. A diferencia de correr, que trabaja principalmente la parte inferior del cuerpo, el rebote distribuye el esfuerzo de manera más equilibrada.
Además, mejora la resistencia cardiovascular de forma comparable a otros ejercicios aeróbicos. Un estudio con estudiantes universitarios mostró que durante el rebote alcanzaron un 79% de su frecuencia cardíaca máxima y un 59% del consumo máximo de oxígeno. Estos niveles cumplen con los estándares del ACSM para mejorar la salud cardiovascular.