Los frutos secos son pequeños tesoros alimenticios, recomendados una y otra vez por los expertos por sus múltiples beneficios y aportes nutricionales. Pero parece que todavía guardan sorpresas. Además de ser una buena fuente de antioxidantes y grasas saludables, este tipo de alimentos podría reducir el riesgo de cáncer de colon y aliviar la inflamación crónica.

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Un estudio de la Universidad de Connecticut en Estados Unidos y citado por el medio El Economista, reveló que una variedad de fruto seco, específicamente las nueces, comprendería muchos más beneficios de los que ya conocemos. Esta variante podría ser una gran aliada para mejorar la inflamación sistémica y reducir el riesgo de cáncer de colon.

La clave está en sus compuestos 

¿Cuál es el secreto de las nueces? Resulta que contienen algo llamado elegitaninos. Estos son compuestos de origen vegetal que, una vez que llegan a nuestro intestino, son transformados por nuestra flora intestinal (el microbioma) en unas moléculas potentísimas llamadas urolitinas.

Estas urolitinas tienen propiedades antiinflamatorias muy fuertes y hasta podrían frenar el avance del cáncer. El investigador Daniel W. Rosenberg, quien lleva más de una década estudiando las propiedades de este fruto seco, lo explica claramente: "Los elagitaninos de la nuez aportan importantes propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas que estamos observando en pacientes en nuestros ensayos clínicos, en particular la conversión intestinal de los elagitaninos en un potente agente antiinflamatorio, la urolitina A".

Los altos niveles de urolitina A que se producen al comer nueces no solo combaten la inflamación, reduciendo marcadores en sangre, orina y heces, sino que también pueden influir positivamente en las células inmunes que se encuentran en los pólipos de colon.

Un estudio revelador 

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores llevaron a cabo un estudio detallado. Reclutaron a 39 personas de entre 40 y 65 años que ya tenían un riesgo elevado de desarrollar cáncer de colon. Primero, les pidieron evitar por una semana cualquier alimento o bebida que contuviera estos elegitaninos para “reiniciar” sus niveles de urolitina. Después, introdujeron las nueces en sus dietas, monitoreando cuidadosamente cuánto comían. El proceso culminó con una colonoscopia de alta definición para observar de cerca el estado de su colon.

Los resultados fueron muy reveladores. Encontraron que los niveles elevados de urolitinas A en la orina de los participantes se correspondían con altos niveles en sangre del péptido YY, una proteína que se asocia con la inhibición del cáncer colorrectal. Además, notaron una disminución en varios marcadores de inflamación en la sangre, un efecto particularmente marcado en los participantes con obesidad, quienes, curiosamente, mostraron una mayor capacidad para producir urolitinas gracias a la composición de su microbioma intestinal.

Un puñado al día es más que suficiente

Este estudio no solo suma un argumento más para incluir las nueces en nuestra alimentación diaria, sino que también "justifica con solidez la inclusión de nuez en la dieta para la prevención del cáncer", según Rosenberg. Como concluye el investigador, "Comer nueces ofrece muchos beneficios potenciales, con tan pocos riesgos que simplemente tomar un puñado al día es realmente algo que se puede hacer fácilmente para beneficiar la salud a largo plazo". Un pequeño gesto que tendrá grandes beneficios a futuro.