Si correr no es lo tuyo y el senderismo te parece un paseo tranquilo, el rucking podría ser la actividad que estabas buscando.
Esta práctica, que combina lo mejor de caminar y levantar pesas, te desafía a recorrer kilómetros con una mochila cargada. ¿Por qué deberías probarlo? Te ofrece la conexión con la naturaleza del senderismo y el entrenamiento de resistencia del running.
Que es el rucking y cómo se practica
El rucking implica caminar con una mochila lastrada, proporcionando un entrenamiento de resistencia activa tanto física como mental. A diferencia del senderismo, el rucking agrega peso a tu paseo, convirtiéndolo en un ejercicio más exigente. La carga, que puede ser libros, ladrillos o peso especializado, suele representar al menos el 10% de tu peso corporal.
El equipamiento es sencillo: una mochila robusta con correas anchas, preferiblemente con un compartimento para hidratación. No se necesita calzado especializado, solo zapatillas cómodas. Además, lleva lo esencial: móvil, auriculares, refrigerios y agua.
Cuáles son las ventajas del rucking
Condición cardiovascular: Aumenta el ritmo cardíaco, mejorando la salud cardiovascular.
Resistencia muscular: ejercita piernas, espalda, torso y hombros.
Bienestar mental: proporciona una sensación de logro que mejora la salud mental.
Salud a largo plazo: cumple con los 150 minutos de ejercicio recomendados semanalmente, evitando problemas relacionados con la inactividad.
Contacto con la naturaleza: mejora el bienestar mental y emocional al realizarse al aire libre.
Por qué elegir rucking
El rucking ofrece una mezcla única de beneficios, siendo un ejercicio versátil accesible para diversas edades y niveles de forma física.
Investigaciones indican mejoras en la potencia muscular, resistencia y consumo de oxígeno. Es particularmente beneficioso para combatir la pérdida muscular relacionada con la edad y mejorar el equilibrio.
Cómo dar los primeros pasos en el rucking
Si eres principiante, comienza con un peso del 3-5% de tu peso corporal y recorre 1.5 km o 20 minutos.
A medida que progresas, incrementa gradualmente el peso y la distancia. Para quienes ya practican ejercicio, comienza con una carga más pesada y aumenta la distancia.