En la Justicia provincial comenzó ayer el juicio histórico para esclarecer la sedición policial que desencadenó los saqueos en 2013. Según la acusación, este grupo de uniformados se habría organizado en grupos, tantos agentes en actividad como retirados de la fuerza de seguridad, para llevar adelante un autoacuartelamiento por un reclamo salarial. Esta medida fue la antesala de los saqueos a comercios y empresas durante ese mes trágico.

El 8 de diciembre, los integrantes de la Policía comenzaron con una huelga por un reclamo salarial que se extendió hasta el 11 de ese mes. Durante esos días, aprovechándose que los habitantes de la provincia estaban desprotegidos, una horda de delincuentes comenzó a saquear todo lo que encontraba en su camino. Los vecinos, en cambio, se armaron y colocaron barricadas para protegerse de los vándalos. En resumen: la provincia quedó envuelta en un profundo caos.

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En la primera audiencia del juicio se conocieron las caras de los 43 imputados que afrontarán acusaciones por los delitos de sedición agravada por su condición de agentes de la fuerza pública y por la ostentación de armas de fuego en concurso real con los delitos de incitación a la violencia colectiva contra la institución policial de la provincia de Tucumán, impedimento del normal funcionamiento de los transportes por tierra, privación ilegítima de la libertad por pertenecer a la fuerza de seguridad y coacción agravada con el fin de obtener concesiones de los miembros del poder público agravada con el fin de obtener concesiones de los miembros del poder público provincial, indicó el MPF.

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