San Martín de Tucumán: Andrada, feliz y “endiablado”

San Martín de Tucumán: Andrada, feliz y “endiablado”

Con confianza, algo que según él no tenía el año pasado, se transformó en pieza vital de un equipo que quiere seguir creciendo

ZURDAZO. Andrada (con pechera rosa) está a punto de sacar un remate ante la mirada de Bazzana, Banegas y Bucca. ZURDAZO. Andrada (con pechera rosa) está a punto de sacar un remate ante la mirada de Bazzana, Banegas y Bucca. La Gaceta / foto de Diego Aráoz

La RAE (Real Academia Española) define a la resiliencia como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Brian Andrada puede explicarlo en carne propia; según sus vivencias y lo que le sucedió en el pasado casi inmediato.

Justo cuando San Martín pasaba por el peor momento del torneo, el mendocino logró encontrar su mejor versión desde que arribó a La Ciudadela, allá por mediados de 2022. A partir del partido contra San Martín de San Juan, cuando la mano pintaba realmente complicada para el equipo tras la salida de Iván Delfino, el nivel del mediapunta comenzó a ir en franco ascenso. De ahí en adelante aportó vértigo, “pimienta” en los metros decisivos y goles (les marcó a los sanjuaninos y a Alvarado).

Está claro que el fútbol es estado de ánimo puro; pero su alza se produjo justo en el momento en el que San Martín más lo necesitaba. “Todo es gracias a la confianza que me dieron”, dice Andrada con una sonrisa grande y los ojos llenos de brillo, dejando en claro que vive una situación con la que había soñado en múltiples oportunidades desde que decidió cambiar la fría Mendoza por el calor de Bolívar y Pellegrini. “Cuando te sentís con confianza todo es mejor; y hoy estoy muy bien. Me siento pleno, a gusto y apoyado por todos”, agrega, admitiendo que está en su mejor momento desde que llegó al club.

El año pasado había jugado poco y nada; y con Delfino tampoco logró imponer su juego ni sus cualidades. En cambio, durante el interinato se transformó en uno de los puntos más altos del equipo. Y además, el pasado domingo, contra Patronato y en el primer partido de Pablo Frontini como entrenador “santo”, volvió a hacer de las suyas. “Tanto mis compañeros, como Alexis Ferrero y Ariel Martos (fueron esos DT interinos), me dieron la confianza. Me dijeron que tenga fe en lo que puedo dar, en mis condiciones. Que intente desnivelar y que no me caiga si las cosas por ahí no me salen. Eso fue fundamental para que haya podido mejorar mi rendimiento”, afirma antes de trazar una comparación con lo que había vivido durante el proceso de Pablo De Muner. “Necesitaba más confianza de su parte. Por ahí en un partido yo sentía que había hecho las cosas bien; pero él me sacaba. En cambio ahora me dieron confianza y eso es clave para que haya logrado mi mejor versión”, remata.

Frontini también lo considera un hombre clave en la estructura de su equipo. Sabe que en su desfachatez, en su desparpajo, en su cambio de ritmo y en su gambeta puede encontrar las herramientas necesarias para alcanzar profundidad y desequilibrio en los metros finales.

“Él me pide que sea picante a la hora de atacar. Que trate de ser incisivo y que intente desnivelar en todo momento. Me dijo que en el uno contra uno siempre voy a ganar porque puedo desarrollar esa función. Me dio su confianza y estoy agradecido de que así sea”, dice el “petiso” picante.

Pese a la irregularidad del equipo, a la cantidad de derrotas y a la incertidumbre que se vivió por momentos en La Ciudadela, San Martín está ahí; a seis puntos de la cima. A eso Andrada lo ve como una ayuda divina, como un guiño que invita a redoblar los esfuerzos para obtener el objetivo más deseado.

“El torneo es muy parejo. Ningún equipo despegó ni pudo sacar ventaja en la punta. Dios nos está dando una ayuda para que podamos prendernos de manera definitiva y pelear el torneo, que es lo que todos soñamos”, dice antes de analizar el duelo del lunes contra Güemes. “Necesitamos sacarnos la espina de no poder ganar de visitantes. En los últimos partidos que jugamos en nuestra casa el rendimiento fue bueno. Debemos mantener eso y tratar de potenciarlo. Hoy estamos muy bien, con mucho ánimo y convencidos de la idea que nos da Pablo. Estoy seguro de que vamos a ir a Santiago a imponernos. Ojalá podamos volver con los tres puntos”, concluye Andrada, ese que se hizo fuerte en la adversidad y que logró transformar los malos momentos en combustible para crecer.

Es tiempo de definir los 11 contra Güemes

“Fue una linda semana. Trabajamos muy bien y veo que el grupo está enfocado. Nos quedan dos prácticas para terminar de definir el equipo para el lunes”, sostuvo Pablo Frontini. Si no hay sorpresas de último momento, en Santiago del Estero, ante Güemes, el entrenador pondría en cancha los mismos titulares que habían comenzado el partido contra Patronato. Durante el entrenamiento de hoy por la mañana, en el complejo, comenzará a definir la estrategia con una misión: ganar de visitante.

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