En el Museo Timoteo Navarrro hay andamios para rato

En el Museo Timoteo Navarrro hay andamios para rato

No hay fecha de reapertura del edificio. Cuando se avanza con las obras se hallan “vicios ocultos”. ¿Qué contemplan la primera y la segunda etapa? La inflación eleva los costos y obliga a readecuar el presupuesto.

La primera etapa de la obra de refacciones del Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro (9 de Julio 44) todavía tiene por delante casi un año de tareas, con un presupuesto original que pasó de $69 millones a alrededor de $90, inflación mediante. Además, a medida que avanzan los trabajos de restauración de grietas, aparecen vicios ocultos. En definitiva, las estimaciones de los funcionarios son solo eso; no se sabe, pues, cuándo podrá ser reabierto.

El Museo fue cerrado una semana antes que comience la pandemia, pero ya tenía los andamios instalados desde 2017, a modo de prevención, pero también como señal de un riesgo real. El Gobierno comenzó las obras un año después de que se clausuraran las puertas del centenario edificio.

“Las obras, en lo que consideramos como una primera etapa, empezaron hace 12 meses y le quedan aproximadamente de ocho a 12 meses más de trabajo, siendo un presupuesto inicial actualizado a septiembre de 2022 de aproximadamente $90 millones”, le contó el arquitecto Alejandro Escudero a LA GACETA.

La Dirección de Arquitectura y Urbanismo había estimado el plazo de los trabajos en un año y medio meses. “Si bien es cierto que existe el estudio preliminar realizado por el ingeniero Benito, se hizo necesario una verificación a razón de los meses transcurridos entre que se lo solicitó y la fecha de inicio de la obra, lo que ocasionó una reformulación del proyecto debido a que en el tiempo transcurrido el suelo portante sufrió alteraciones debido a pérdidas cloacales y de agua. Esto ocurrió en un porcentaje por la red interna y en mayor medida a los problemas de pérdidas que presentaba la calle 9 de Julio desde hace mucho”, explicó Escudero, quien es el responsable de la obra.

“Hay que tener en cuenta que siendo un edificio tan antiguo y que en su estructura en elevación no cuenta con un sistema antisísmico, a medida que avanzan los trabajos de restauración de grietas aparecen vicios ocultos que exigen algún trabajo extra de estabilización de las mamposterías”, precisó.

En otras palabras: el Museo fue cubierto con andamios en 2017, por la caída de revoques externos y peligro para la circulación; se cerró en marzo de 2020, por un derrumbe interno, cuya denuncia fue tardía; comenzaron las obras en 2021 y un año después, cuando el dinero comenzó a aparecer, se avanzó hasta la mitad de lo previsto (de la primera etapa, claro está). “En la segunda etapa se reemplazará y modernizará la totalidad del sistema eléctrico, dotándolo de la última tecnología, se ampliarán espacios y se readecuarán salas, y se mejorará el laboratorio de restauración”, adelantó el funcionario.

- ¿Cómo avanza el trabajo?

- En esta etapa se buscó darle estabilidad al edificio, consolidar el suelo en donde está ubicado para que perdure 100 años más; no es la obra más vistosa ya que todos los trabajos se están haciendo bajo suelo y quedarán tapados, pero como dije antes el objetivo es la perdurabilidad y estas tareas están diseñadas para ese objetivo.

- El arreglo de la calle 9 de Julio benefició en algo al museo, supongo.

- Relativamente sí, aunque los trabajos que estamos ejecutando ya consolidan la estabilidad del edificio en sí mismo, el haber reparado la red de agua y cloacas (las que presentaban pérdidas constantes desde hace bastantes años) de la calle no solo beneficia al museo, sino más bien a todas las propiedades que están sobre esta arteria ya que si no se intervenía al corto plazo, los daños iban a afectar a cualquier otra propiedad por igual.

DESDE 2017. Las estructuras de protección se instalaron para cubrir la fachada del edificio ante sus problemas. la gaceta / fotos de Analía Jaramillo - JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI DESDE 2017. Las estructuras de protección se instalaron para cubrir la fachada del edificio ante sus problemas. la gaceta / fotos de Analía Jaramillo - JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI

- El presupuesto con el que se inició era mucho menor…

- Sí es cierto, lo que pasa es que el presupuesto original era de $55 millones, pero la ley de obras públicas reconoce la variación de costos a través del decreto reglamentario 23/3, conocido como redeterminación de precios. Eso quiere decir que si bien es cierto que la obra se licita por un monto específico, la Provincia suma al presupuesto final estás erogaciones que se generan por los datos del Indec y acompañan a cada certificado; lamentablemente el proceso inflacionario es una complicación a la hora de una correcta planificación del costo final de las obras.

- ¿Cómo seguirá la obra? ¿Qué pasará con la humedad y la temperatura en las salas, por ejemplo, que tanto inciden en la preservación de una obra de arte?

- Tanto desde la DAU como desde el Ente Cultural de la Provincia estamos trabajando por el bien de la cultura, los ciudadanos se merecen un buen museo en el cual se pueda exhibir el importante patrimonio cultural que se resguarda, que tiene un valor incalculable; este Gobierno entiende que la cultura no es un gasto, es una inversión y ya estamos trabajando en el proyecto de la segunda etapa en donde se reemplazará y modernizará la totalidad del sistema eléctrico, dotándolo de la última tecnología, se ampliarán espacios y se readecuarán salas, se realizará el sistema de control de temperatura para preservar las obras de arte y todo esto es para que la ciudadanía viva al museo de forma permanente.

- O sea que no hay fecha de reapertura.

- Quiero aclarar que siempre hay que tener en cuenta que un proceso de restauración patrimonial es un trabajo complejo, lento y que exige tiempo, sobre todo cuando hay que realizar un estudio y proceso de recuperación y reproducción de elementos ornamentales. Los tiempos de obra pueden variar y no significa que haya desidia en los trabajos o inacción por parte del Estado o de la contratista; tengamos en cuenta que estas piezas ornamentales son únicas para cada edificio y por lo tanto merecen la dedicación y el estudio para su restauración como corresponde.

Viejo sueño

El museo tiene más de 900 obras de arte. La directora de Artes Visuales del Ente Cultural, Raquel Zeitune, ratificó que también se trabajará en la Sala Spilimbergo. “El problema está en los cimientos y tiene que ver con que al Timoteo Navarro se lo construyó copiando un diseño francés”, dijo la funcionaria y destacó que la gran obra que se realiza es un “viejo sueño”, que una vez concluida permitirá estar a la altura de los museos más importantes del mundo.

Museo Histórico: el nacimiento y la evolución de Tucumán

Es la segunda vez que Romina Mare visita el Museo Histórico Provincial Nicolás Avellaneda (Congreso 56). Está acompañada de su madre y su hijo y le dedica tiempo al recorrido para “poder disfrutar más todo, porque en la anterior no estaban varias cosas que son interesantes y está más explicado para el público”. “Mi hijo fue quien quiso venir, me pidió que visitemos estos lugares, le encanta la historia”, señaló la bonaerense.

En cambio, Soledad Amaya y su hijo Lautaro, también de Buenos Aires, se estrenan con la casa que habitó el presidente Nicolás Avellaneda. “Siempre hacemos el circuito histórico, pero ahora entramos porque es muy llamativa la historia de nuestra patria; nos encanta, nos apasiona venir acá. Todo lo que se muestra es interesante, somos afortunados de poder venir y que sea gratuito es un plus”, destaca.

La antigua casona alberga en sus salas la historia de Tucumán desde su primera fundación en Ibatín (1565) y el traslado a su actual emplazamiento de La Toma (1685) hasta el posterior desarrollo social, político y económico de la provincia. Es uno de los pocos edificios del siglo XIX que se conserva prácticamente intacto, un ejemplo de la desaparición del estilo barroco y la invasión del neoclásico, con una arquitectura simple de decoración concentrada sólo en las rejas de los balcones, y de planta baja y primer piso. Se resalta una escalera de quebracho tallado que comunica con la parte superior.

El museo tiene todo señalizado, con carteles que relatan la historia desde los pueblos originarios en su primera sala (hay objetos muy antiguos de la cultura Santamariana y Candelaria, como jarras, urnas funerarias, armas, pucos, los menhires y cartografías) hasta comienzos del siglo XX en la última, a través de objetos con piezas arqueológicas, documentos, objetos personales de mandatarios tucumanos, las carbonillas de Lola Mora (dibujó los rostros de 25 gobernadores), una gran variedad de elementos de la Batalla de Tucumán, la medalla de oro de Manuel Belgrano, la icónica Jarra de Ibatín (fue robada en varias ocasiones y ahora tiene una protección especial de vidrio y alarmas) y la Biblioteca Lucas Córdoba. En sus espacios hay también numerosas imágenes y elementos de índole religiosa, que utilizaron los colonizadores para la evangelización de los pueblos originarios y la maqueta de la ciudad de Tucumán realizada por el sacerdote Bonifacio Veronesi, con personajes tradicionales como los caballeros y las damas antiguas, los aguateros y las vendedoras de empanadas. Documentos, armas e indumentaria de Avellaneda están presentes a través de la exposición de sus objetos personales.
“La casa de las cien puertas”, nombre con el que se la conocía, fue sede de numerosos acontecimientos sociales y políticos de la provincia y se la declaró Monumento Histórico Nacional en 1941.

Museo Iramain: un diálogo entre el pasado y lo actual en esculturas

Luciano Ignacio López y Víctor Miguel Villareal suelen recorrer museos y el Juan Carlos Iramain (Entre Ríos 72) les parece uno de los más estéticos visualmente. Ya estuvieron el año pasado cuando fue la inauguración de la muestra “Entre los suspiros”, que propone un diálogo entre las obras del escultor cuyo nombre lleva el lugar (fue la casa donde vivió con su familia) y las del artista contemporáneo Alexis Minkiewicz, con “La piedad de las estatuas” (a partir del monumento a Cristóbal Colón que está en la Capital Federal).

“Vinimos nuevamente porque estudiamos arte y nos interesa el tema de las esculturas, queremos seguir aprendiendo y ver el patrimonio de estos grandes artistas”, cuenta López. “Es muy grato ver el nivel que tiene Tucumán en el arte, se puede registrar en el legado de este escultor. Llegar es descubrir que no nos quedamos atrás en el arte, a diferencia de lo que podemos pensar. Siento que se está dando más valor y visibilidad al arte en la provincia, dejando de menospreciarlo tanto como en años anteriores”, agrega.

Villarreal completa: “las muestras itinerantes le dieron un respiro de aire fresco al museo. Permite pasar de algo más tradicional a algo más moderno, ver lo viejo y las nuevas miradas”. “Soy de Tucumán y no sabía de la existencia de este lugar hasta hace poco, por ahí no se le da la difusión que merece”, lamenta.

La encargada del espacio, Débora Mendoza, sintetiza lo que suelen decir los que pasan su puerta. “Muchos se sorprenden y nos cuentan que no sabían que esta era la casa del escultor Iramain. Les llama mucho la atención el tamaño de las obras expuestas, la comparación entre los dos artistas”, resalta, y recuerda que la muestra conjunta estará habilitada hasta fines de febrero y se puede visitar de martes a viernes de 9 a 12.30.

El edificio alberga más de 200 obras de Iramain, de las cuales más de 50 trabajos se encuentran en exhibición, entre las cuales que incluyen las paredes de las ocho habitaciones de la casa, cubiertas con un friso de yeso que trabajó donde se cuentan pasajes bíblicos. La colección contiene máscaras, cabezas monumentales de diferentes materiales, bocetos, muebles tallados por aborígenes, esculturas e iniciativas abiertas al público, como una biblioteca familiar donde el visitante puede leer el libro que desee y el proyecto del poema más largo del mundo, en las que se le invita a escribir un mensaje para las generaciones futuras. De a poco se están restaurando algunas de sus obras, adelantó Mendoza.

Más allá de lo exhibido, el museo tiene otras propuestas para febrero, cuando se realicen el taller para niños “¿Qué forma tienen tus símbolos?”, a cargo de la escultura Daniela Ponce, con inscripción hasta 15 participantes y la experiencia para personas con baja visión y ciegas, que podrán tocar las obras.

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