“Se acabó. Por fin hubo Justicia”

“Se acabó. Por fin hubo Justicia”

“Pensé que nunca iba a poder escribir esto. Un cierre. Un final a esta historia. Pero lo hice. Se acabó. Por fin, después de nueve años, hubo justicia”, escribió en Twitter la escritora Belén López Peiró. “Se acabó. Ya está. Terminó. C’est fini. Me liberé. ¿Qué más? Después de nueve años y una denuncia. Declaraciones, pericias psicológicas, viajes de ida y vuelta a comisarías, fiscalías, tribunales de la nación. Un expediente: 500 páginas. Dos abogados. Una procuradora. Una comisión de justicia. Terapia por 15 años. ¡La mitad de mi vida!”, comenzó su minuciosa columna López Peiró.

La escritora argentina decidió evidenciar todas las dificultades que atravesó para lograr “justicia”. El abusador, quien robó años de su vida, era Claudio Sarlo, su tío. Un ex comisario de la policía bonaerense de San Pedro (Buenos Aires) que abusó sexualmente de ella en reiteradas ocasiones, entre los 13 y los 17 años. En su libro “Por qué volvías cada verano” ella relató su soledad y la pasividad cómplice de su madre: “Y vos seguías ahí, inmutable. Sin entender que lo único que necesitaba era que me veas y te quedes. Que no me sueltes la mano. Que me enseñes a respetarme, que te hagas cargo. Que me busques al ver mi cama vacía. Que recibas mis llamados y descifres mi llanto. Que tomes el primer micro y me busques en medio de la noche, justo cuando él empezaba (…) Pero también que le pegues un tiro y me lleves con vos. Sí, con vos. Que saques la vista del celular y me mires a los ojos. Que estés. Que no me entregues”.

Medios nacionales e internacionales se hicieron eco de la noticia: Belén López Peiró pasaba sus vacaciones en Santa Lucía, un pueblo de la localidad de San Pedro. Fue durante esos veranos, mientras ella se hospedaba en la casa de su tía materna que padeció los abusos de Sarlo. “Abusó de mí cuando todavía no sabía lo que era el amor”, describió la escritora en su libro.

En una columna del diario El País, López Peiró pudo sacarse de encima, liberar en palabras, todo lo que sufrió desde aquellos abusos hasta la reciente condena. “Por qué volvías cada verano” (Ed. Madreselva) Esa fue la pregunta que más se le repitió Belén luego de atreverse a denunciar a su tío, el comisario de un pueblo bonaerense, por los abusos cometidos contra ella a lo largo de su adolescencia. En su historia indagó en torno a las condiciones que llevan a las mujeres a guardar silencio tras situaciones de abuso. ¿De qué herramientas se dispone para hablar? ¿Por qué se siente tanto miedo al hacerlo?

Claudio Sarlo era un “hombre de familia” y trabajaba en la policía. Cuando Belén pudo contar, confesar y denunciar todo lo que había pasado, nadie le creyó, especialmente su tía y su prima quienes la trataron de mentirosa y le preguntaron recurrentemente por qué volvía cada verano. Luciana Peker, que en su libro “Putita golosa” (2018) escribió: “Y las mujeres —o las que pueden y se animan y son acompañadas o son fuertes— ya no se callan más. El abuso ya no es un sapo que se traga, sino que se frena”.

Cuando Thelma Fardín, la actriz argentina denunció por violación al actor Juan Darthés, su compañero en la serie televisiva y obra teatral Patito Feo, recomendó “Por qué volvías cada verano” como una lectura que la había ayudado a dar voz a los abusos que sufrió.

En su libro de Belén aparecen muchas voces la de sus familiares y también la de los empleados del poder judicial que fueron tomando cartas en el asunto. A través de ellos ella pudo relatar lo que sucede en el camino de las víctimas: están quienes apoyan y quienes señalan y juzgan. La novela se divide entre estos pasajes que relatan la historia de abuso con las distintas partes del expediente judicial que inició. “Cuando mi madre vio que mi libro hacía bien a otras mujeres, que ella no era la única madre, que yo no era la única víctima y que en la sociedad existen 1 de cada 5 niñas que son abusadas, ayudó mucho”, relató Peiró en una entrevista a El Independiente. “Para mi familia fue un golpe leer mi libro, pero escribir pensando en que la primera lectura la va a hacer la familia cohíbe, silencia. Ellos tenían que entender que no se trata de mi historia, sino de una historia más de abusos”.

“Cuando hablás, las cosas no van a ser igual y hay muchas personas que no están dispuestas a hacer esos cambios. Hay una estructura social y familiar que respalda al agresor, que lo ubica en un lugar de poder y eso es muy difícil de quebrar. La Justicia es tan lenta que no repara a las mujeres que denuncian, sino que dejan en libertad a los agresores”, explicó Belén en aquella entrevista. “Hay una cultura machista muy arraigada, por eso Por qué volvías cada verano no tuvo repercusión solamente en Argentina, porque los abusos no tienen fronteras ni límites geográficos”.

El título de la obra de Peiró hace referencia al constante cuestionamiento de la mujer cuando denuncia, o cuando dice haber sido víctima de abusos, violación o violencia. “Cada vez que una mujer denuncia la respuesta es, ´bueno, pero algo habrá hecho, seguro que lo provocó´. Si tu jefe te violentaba, ¿por qué volvías al trabajo? Si tu marido te pegaba, ¿por qué volvías a casa? A los varones nunca se les pregunta ¿por qué te calentaste con tu sobrina?”, expresó la autora.

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