¿Cómo será la nueva Legislatura?

¿Cómo será la nueva Legislatura?

¿Cómo será la nueva Legislatura?

El calendario electoral para 2023 comenzó a deshojarse. Los comicios provinciales del 14 de mayo en los que se renovarán la totalidad de las autoridades electivas pueden marcar la conclusión de un ciclo político y el inicio de un nuevo escenario de distribución del poder. La Legislatura no será la excepción y en los pasillos oficialistas de la Cámara se habla de estas dos modificaciones importantes, vinculadas con etapas naturales en la dinámica de la política, y cómo impactarán en la gestión que viene.  

1-Por un lado, tras 12 años de alperovichismo y seis del manzurojaldismo, se prevé una nueva configuración. Durante estos casi 20 años, gran parte de la dirigencia seguía asentándose sobre las bases trazadas durante los gobiernos de José Alperovich. Es vox populi que el estilo de conducción del ex mandatario tuvo una impronta particular y fijó estrategias electorales y en el vínculo líder-dirigentes que perduraron. Con sus aspectos negativos y positivos, estas derivaron en que el PJ predomine en la conducción de la Provincia. Tras la última experiencia fallida de 2019, es altamente probable que sea la primera vez que el alperovichismo no lleve candidatos en listas propias. Pero no sólo ese detalle, sino que se menciona que llegarán nuevos espacios, que se robustecieron principalmente en el interior durante el posalperovichismo.

Un asterisco aquí sobre un aspecto fundacional de lo que podría venir, es decir, del jaldismo en el máximo poder: Juan Manzur fue vice de Alperovich y fue elegido por él como su sucesor. En el caso de Osvaldo Jaldo, no estuvo entre los favoritos ni del contador ni del médico en los últimos tiempos. Llegó a instalarse como postulante mediante la interna y por factores externos, como la convocatoria de Manzur al Gobierno nacional.

2-Por el otro, en el ambiente se da por hecho que el justicialismo competirá con la fórmula invertida y que probablemente ganará. Esto, per se, implica un enroque en el manejo del Ejecutivo y el Legislativo. Y este punto no es para nada menor teniendo en cuenta que, aunque hoy mantengan un vínculo bueno, Jaldo y Manzur confrontaron recientemente por la sucesión y que esta interna dejó heridas que aún no cicatrizaron.

Con estas circunstancias, muchos especulan respecto de cómo será el oficialismo de la futura Legislatura y su relación con la Casa de Gobierno.

Con o sin Manzur      

El destino del Jefe de Gabinete es un condicionante clave en cómo se organizará el mando en el Legislativo y la relación interpoderes.Hasta para los dirigentes más cercanos a Manzur es una incógnita lo que sucederá con el gobernador en uso de licencia. Los interrogantes son varios ¿Qué definirá la Corte nacional sobre la posibilidad de que se postule como vice? ¿Qué pasa si “voltea” su pretensión? ¿Quién iría para vice en ese caso? Si puede ser candidato y es electo, ¿Manzur ejercerá como vicegobernador? ¿Integrará una fórmula nacional? Si sus aspiraciones principales no se concretan, ¿podría mudarse al Senado?

Al margen de lo que suceda, hay dos líneas con distintas miradas. En el manzurismo hay quienes consideran que sus previsiones no serán buenas si su líder no logra un lugar de relevancia nacional que genere que Jaldo, si es gobernador, necesite mantener una buena relación. Parten de la base de que el nexo entre ambos es endeble y de conveniencia. Sospechan que Manzur no se quedaría en un lugar que esté por debajo de Jaldo. En el jaldismo dan por sentado que Manzur no se mantendrá a la cabeza de la Legislatura. Añaden que ya conocen una Cámara comandada por Manzur, aunque sin él necesariamente presente. “Puede tener una impronta más administrativa que política”, arriesgan, en relación al rol de Claudio Pérez, secretario del cuerpo. Tampoco les preocupa demasiado, porque están enfocados en el Ejecutivo y saben que no tendrán buenas perspectivas. Confían, sin embargo, en que Jaldo conoce todos los recovecos legislativos y podrá lidiar con distintos escenarios, aunque sean adversos ¿Se mantendrá la paz? Apuestan a que sí, inicialmente ¿Y después? Nadie arriesga una respuesta. Pero advierten que es el tiempo del jaldismo, con las reglas del jaldismo.  

La figura del subrogante, clave en este contexto y en un esquema de la sucesión, es otro de los asuntos sobre los que se especula. Algunos de los nombres que sonaron: los referentes manzuristas Pablo Yedlin y Gerónimo Vargas Aignasse y, por el jaldismo, Regino Amado o algún otro dirigente de experiencia. En ambas vertientes también añaden que en la mesa podría sentarse un intendente que alcance una banca. Todo está sujeto, claro, a que sean elegidos.    

El factor acople

Desde distintos sectores del oficialismo y la oposición advierten que la composición será cuanto menos interesante. Prevén que habrá un mix de ex intendentes del oficialismo y de la oposición, algunos con un alto perfil; de ex miembros del Ejecutivo provincial y de dirigentes experimentados en materia legislativa (muchos irán por la reelección y otros pretenden volver).

Hay que tener en cuenta, por otro lado, que es probable que entre los electos varios puedan mudarse a los despachos ministeriales.

El factor acople será sustancial en el oficialismo. La novedad será en las secciones electorales Este y Oeste, que aportan 30 de los 49 legisladores (18 por el Oeste y 12 por la Este). Los restantes 19 provienen de la Capital.  

A diferencia de elecciones anteriores, en el PJ vislumbran que los acoples serán más fuertes que las llamadas listas oficiales, las que son diseñadas por la Casa de Gobierno.

Sucede que, por el recambio político y la interna del año pasado, en el interior hay varios espacios que nacieron, crecieron y son fuertes. Los actuales intendentes, que solían ser incluídos como cabeza de las nóminas titulares, vienen armando sus propios partidos para competir por colectoras.Se trata de los que gobiernan las ciudades con mayor cantidad de electores, porque los de jurisdicciones más pequeñas tendrán que sí o sí sumarse a otros jefes municipales o bien, apuntar a los listados del Frente Justicialista. De los del PJ, sólo tres de los 15 pueden aspirar a la reelección (de este trío se resta a José Orellana, que ya anunció que cederá ese lugar a su hermano Enrique, que no puede repetir como legislador). Más allá de que finalmente se sumen, sus espacios competirán por fuera y apostarán a esa construcción. Mientras, el 40% de los 93 delegados comunales no puede aspirar a renovar. Parte de ellos se alió con referentes locales y otros esperan engrosar las listas del Ejecutivo.  

La estrategia de abrir el juego mediante el sistema de acoples, que nació durante el alperovichismo, implica que se priorice sumar votos para la fórmula gubernamental. Trascartón, deriva en que en el territorio la dirigencia se atomiza, los candidatos se multiplican y se desatan competencias feroces.    

El fenómeno de listas oficiales “débiles” estaba reservado para la Capital. Ahora, sin embargo, podría extenderse a Este y Oeste, donde siempre más equilibrada la repartija. Los parlamentarios que ingresan por las titulares son cada vez menos. Antes podían pasarla decena.

Para comprender mejor el impacto que esto podría tener basta con repasar los números de 2019: de la lista oficial del Frente Justicialista por Tucumán  de Capital entró un solo parlamentario (el escaño de Gabriel Yedlin) y por las colectoras que iban con Manzur y Jaldo, siete. En el Este, en cambio, la oficial ganó seis puestos y los acoples, cuatro. En el Oeste, seis fueron del listado titular y siete acoplados.Cabe aclarar que son datos del momento de la elección, porque en estos años hubo movimientos y, por ejemplo, los cargos del alperovichismo están ahora en el oficialismo.

En el PJ esperan acoples con figuras y números relevantes. “Nadie quiere ir tercero”, explican en relación a las posibilidades de clasificarse. Al dispersarse los votos, será muy complicado que entren más que uno o dos, dependiendo de la sección electoral. El piso de votos necesarios, se espera, rondará los 11.000 o 12.000 (disminuye con la mayor oferta electoral).  

En el justicialismo reconocen que si bien habrá listas manzuristas y jaldistas, hay muchas chances de que una vez que lleguen al recinto puedan alinearse con el gobernador “¿Qué ex intendente que logre que su espacio siga gobernando en su ciudad se arriesgará a tener al Ejecutivo en contra?“, reflexionó off the record un intendente en carrera hacia el edificio de Muñecas y Sarmiento.  

Un dirigente que conoce el ámbito al derecho y al revés consignó otro punto relevante: “la Legislatura será interesante por los actores y porque habrá pocos lugares apetecibles para gente acostumbrada a tener poder”

¿Cuáles son los armados más poderosos? En el Este, todos miran con atención a Darío Monteros, que encabeza uno de los municipios más populosos y mayoritariamente justicialistas. Además es un representante del jaldismo más puro. Su vecino de Alderetes, Aldo Salomón,  está quizás entre sus aliados. Hay quienes arriesgan que, por fuera, podrían sumar varias bancas entre ambos. También se habla mucho de lo que hará Jorge Leal (padre) y arriesgan que podría ir en la oficial Si bien encabeza una ciudad con menos habitantes, en su espacio hay miembros de varias comunas e intendencias. Mencionan también a Andrés Galván y Lalo Cobos.

En el Oeste hay más nombres y en la Casa de Gobierno creen que los mejores perfilados serán los armados de Sergio Mansilla; los monterizos Amado y Juan Ruiz Olivarez (por aparte); los Mellizos Orellana, el dúo de los Carlos intendentes (Najar-Gallia) y, por separado, los taficeños Javier Noguera y Roque Álvarez.

El ejercicio especulativo respecto de la próxima Cámara mantiene ocupados a cientos de dirigentes que arman y desarman nóminas y que avanzan con la mirada puesta en los próximos meses.

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