“¡A Priscila Paz no solo la mataron; la destruyeron!”

“¡A Priscila Paz no solo la mataron; la destruyeron!”

En los alegatos, la fiscala Estela Giffoniello pidió perpetua para siete imputados y una pena menor para otra acusada. Las defensas pidieron absolver y dieron sus argumentos

AUDIENCIA DEFINITORIA. Los acusados escuchan las argumentaciones previas al final del juicio. El lunes podrán decir sus ultimas palabras.  AUDIENCIA DEFINITORIA. Los acusados escuchan las argumentaciones previas al final del juicio. El lunes podrán decir sus ultimas palabras. LA GACETA / FOTOS DE JOSÉ NUNO

“Da escalofríos leer la autopsia y ver las fotos. La víctima no podía defenderse de los golpes de tanta gente. Hubo alevosía. ¡Priscila Paz era una chica preciosa, y no solo la mataron; la destruyeron! Le deformaron el rostro y la atacaron en todo el cuerpo. Su padre cayó de rodillas al verla en la morgue ¿Por qué tanto ensañamiento?”. Esa espeluznante descripción fue quizás el clímax del alegato de la fiscala de Cámara Estela Giffoniello, que pidió la prisión perpetua para siete de los ocho imputados en el proceso. Para Luciana Érika Solange Alderete, en cambio, entendió que sólo cometió el delito de encubrimiento debido al temor por las amenazas que había sufrido; para ella (que no tiene antecedentes) pidió una condena condicional de 18 meses.

Giffoniello solicitó la máxima pena prevista en el código para Juan José Dante “El Salteño” Gómez, Walter Patricio “Borolo” Miranda, Franco Emanuel Ogas, Facundo Damián “Cancán” Miranda, Yanina Paola “Kingkona” Rojas y Verónica Vanesa Argota. La misma condena pidió para Víctor Hugo “Tutuy” Carabajal, a quien consideró partícipe necesario de los hechos.

Según la investigación llevada adelante por la fiscala María del Carmen Reuter, Priscila fue asesinada a golpes el 22 de julio de 2018 en una casa del barrio Elena White vinculada a “Borolo”, donde se habría vendido droga. El cuerpo de la víctima fue hallado en un cañaveral con signos de abuso y múltiples lesiones.

Giffoniello fue detallando las pruebas en contra de los imputados. “‘Barolo’ Miranda estuvo todo el tiempo con Priscila, a eso lo sabemos por los informes telefónicos. Él estuvo involucrado desde el primer momento; cambió el chip del celular de la chica e hizo llamadas, una a Pedro Paz, padre de la joven, y otro a su propia madre. Trasladaron el cuerpo en la camioneta de su padre, Héctor Jesús ‘Pocho’ Ledesma”, por eso el luminol y la pericia de ADN dieron positivo en el vehículo”.

Sobre Alderete dijo que le compró el teléfono a “Borolo” sin saber que era objeto de un delito. Cuando encontró fotos en el celular de una chica que estaba desaparecida, confrontó al vendedor, pero por las amenazas que sufrió no fue a denunciar lo que sabía.

Explicó que Argota y Rojas fueron señaladas por algunos testigos como las personas “que cuidaban a la chica” en esa casa. “Ellas integraron el equipo que mató a la joven, porque al cuidar a una persona que estaba atada y privada de su libertad estaban cooperando con el plan”, argumentó la fiscala.

“Carabajal estuvo ese día comprando droga; ubicó en el lugar a ciertos imputados. Dijo que al día siguiente ‘Pocho’ lo presionó para que declare que vio que ‘Borolo’ compró un celular de buena fe y para que dé una descripción determinada para un identikit. Carabajal siempre estuvo con ‘Borolo’; tal vez no abusó de la chica, pero él sabe lo que pasó en esa casa”, enfatizó Giffoniello.

Indicó que “Cancán” Miranda intentó deshacerse del teléfono y fue quien más presionó para que los testigos declararan “cambiando la fisonomía del autor”. También que Ogas en su primera declaración confesó haber visto todo y complicó a “Borolo” y al “Salteño”. Sobre este último, dijo que muchos lo señalaron como la persona que llevó a Priscila hasta esa casa del barrio Elena White, que él le dio el teléfono de la chica a “Borolo” y que luego se bañó porque tenía manchas de sangre en el pantalón.

La querella

El abogado querellante Javier Lobo Aragón, se adhirió al pedido fiscal e hizo hincapié en la mala conducta de algunos imputados. “A Priscila le hicieron algo aberrante, pero según el imputado Ogas lo más grave es que lo tuvieron preso cuatro años por esta causa, cuando en realidad estuvo apenas uno, salió bajo fianza y se fue a robar una moto en la esquina de la casa de Priscila. A estos imputados no les importa nada, por eso nunca se comportaron aquí: gritan, se duermen, llegan tarde a las audiencias y hasta nos amenazaron en pleno debate”, sostuvo.

“¿Cómo pudo captar a Priscila?”: La defensa del “Salteño” Gómez dijo que la acusación “no era lógica”

“Si reconstruimos con evidencias los hechos, se llega a la inocencia de nuestro defendido”, alegó Martín Arrudi (foto), quien junto a Daniel Aveldaño defiende a Juan José Dante “El Salteño” Gómez.

“¡A Priscila Paz no solo la mataron; la destruyeron!”

Esta codefensa detalló mediante un power point que tras salir de trabajar en El Manantial, Priscila Paz había sido vista por testigos subiendo a un colectivo que la llevó hasta Ohuanta. “Es un viaje de al menos 8 minutos en auto, según Google. Por motivos que no se conocen, la chica no llegó a casa y, según la acusación fue llevada de nuevo hasta una casa cercana a su lugar de trabajo. ¿Cómo hizo eso Gómez? él no tenía movilidad. Él llegó a la provincia tres semanas antes del hecho, estuvo una en casa de su pareja hasta que lo corrieron y quedó en situación de calle. Era un adicto que vivía en el auto fundido de un vecino”, plantearon. Y agregaron: “Nadie señaló a Gómez; sí a un tal ‘Salteño’. Nuestro defendido nunca cruzó llamadas con Priscila ni chats. ¿Cómo un adicto así captó a una mujer trabajadora?”.

“Estas mujeres estaban vulnerables”: Rosa Ana Nosetti pidió que el tribunal tenga perspectiva de género

“Si la acusación sostiene que los autores desde el primer momento querían matar a la chica, ¿entonces por qué le daban de comer? Acá aseveran que Yanina Paola Rojas y Verónica Vanesa Argota cuidaban a la chica”, señaló en su alegato la defensora oficial Rosa Ana Nosetti (foto), que junto a su auxiliar Julieta González asisten a Rojas, Argota, Franco Ogas y Víctor Hugo Carabajal. “Está claro el nivel de vulneración que sufren las dos imputadas, no solo por la adicción sino también por dependencia económica. Le pido al tribunal que tenga perspectiva de género y, que si no las absuelve, las condene sólo por participación secundaria de privación ilegítima de libertad, pero no por homicidio”, añadió.

“¡A Priscila Paz no solo la mataron; la destruyeron!”

Sobre Carabajal dijo que el hombre quedó vinculado a la causa sólo por la declaración de Hugo Ramón Miranda, un imputado que ya falleció. Cuestionó que se legitimase eso como prueba y agregó: “Ramón nunca mencionó a Ogas, sin embargo la Policía lo detuvo porque las ‘averiguaciones reservadas’ decían que él era amigo de ‘Borolo’”.

“Según el Adn, el autor es desconocido”: La defensa de “Borolo” y “Cancán” dudó de varias pruebas

“Walter Patricio (“Borolo” Miranda) desde el primer momento declaró que compró el celular, que hoy sabemos que era de la chica. Cuando allanaron esa casa detuvieron a Facundo (“Cancán” Miranda), no buscaban a ‘Borolo’”, señaló el defensor oficial Hernán Molina, que asiste a los dos imputados que mencionó.

“¡A Priscila Paz no solo la mataron; la destruyeron!”

“Si se hizo mucha referencia en la camioneta del padre de ‘Borolo’ y ese es el único elemento objetivo de la causa, porque había ADN de Priscila en ese vehículo, pero esa camioneta no estaba en su casa. Mucho dijeron también sobre que Priscila estuvo en su domicilio, pero en este juicio ningún testigo aseveró eso, no había sangre de ella en el lugar. Hablaron de un pantalón, pero no precisaron si las manchas que tenía eran de sangre de la chica”, argumentó.
Por último remarcó que las pruebas genéticas en el semen que había en el cañaveral no vinculaba a sus defendidos. “El estudio de ADN no da con sus perfiles genéticos, corresponden a una persona no identificada, entonces ¿quién fue el autor de abuso y el crimen?”.

“Devolvió el celular; no hubo dolo”: Ruth Mayer pidió la absolución de Luciana Érica Alderete

“Mi defendida reconoció que compró el celular de la víctima y que al revisarlo descubrió fotos de una chica que ya aparecía en los medios como desaparecida. Ante eso, ella quiso devolverlo, y lo hizo a pesar de las amenazas que le hicieron”, destacó Ruth Mayer (foto), la defensora de Luciana Érica Alderete, la única imputada contra la que no pidieron prisión perpetua sino una pena de 18 meses por el delito de encubrimiento. “La fiscal reconoce que Alderete no sabía que había comprado un elemento procedente de un delito. No hubo ningún dolo, porque cuando ella descubre el origen del teléfono decide no quedárselo. Podrán reclamarle no haber ido a la Policía, pero en ese ambiente y bajo amenazas no es fácil tomar ese camino”, añadió la profesional, que le dedicó palabras de admiración al padre de Priscila por su lucha. “Esto fue un hecho de perversidad terrible; me desbordó ver semejante maldad con la autopsia”, dijo. Pidió la absolución y que si no se contemple como cumplida la pena por los 8 meses que Alderete estuvo presa con preventiva.

“¡A Priscila Paz no solo la mataron; la destruyeron!”
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios