Las redes fueron la perdición del clan Caro

Las redes fueron la perdición del clan Caro

Los integrantes del grupo fueron acusados de cometer varios ilícitos en Mendoza. Problemas

OPERATIVO ESPECIAL. Los tres integrantes del clan Caro fueron trasladados con custodia del personal de Robos y Hurtos de la ex Brigada. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO OPERATIVO ESPECIAL. Los tres integrantes del clan Caro fueron trasladados con custodia del personal de Robos y Hurtos de la ex Brigada. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO

Los miembros del clan Caro son fanáticos de las redes sociales. Con posteos en Facebook, Instagram y WhatsApp hicieron de todo. Mostraron el exponencial crecimiento económico, enviaron mensajes intimidantes a sus enemigos, reconocieron que obtuvieron millones en actividades ilícitas y, dos de sus miembros, contaron cómo es su vida detrás de las rejas en el penal de Villa Urquiza. Pero también marcaron su fin, ya que por esa actividad terminaron atrapando al cabecilla de la banda y a los dos prófugos que se habían instalado en Mendoza para supuestamente, continuar con su carrera delictiva.

Oriundos del barrio Victoria, los integrantes de este grupo fueron acusados de formar parte de la banda que se dedicaba al robo de viviendas sin moradores en el Gran San Miguel de Tucumán en la causa conocida como “La industria del escruche”. La banda, que sería liderada por Miguel “La Gata” Lizárraga, según la investigación del fiscal Diego López Ávila, habría obtenido botines por más de $14 millones.

El principio del fin de este clan se inició a mediados del año pasado. Los agentes de la Unidad Regional Capital, de la ex Brigada de Investigaciones y de la Brigada de Yerba Buena comenzaron a investigarlos por varios hechos. Su situación procesal se complicó cuando cometieron un error. Quedaron registrados por una cámara de seguridad de su vivienda repartiéndose un botín. Fueron detenidos Walter “Macho Blanco” y sus hijos Cristian “Bichi” y Walter “Kuki” y se escaparon Marcos “Batore” y Francisco“Vikunga” Caro. El primero, por una resolución de un juez de impugnación, dispuso que continuara el proceso en libertad y, le impuso reglas de conductas que se vencieron en abril.

Atrapados

Según la investigación, los Caro prófugos decidieron radicarse en Mendoza y luego se les habría sumado su padre. Alquilaron una casa en un country que habrían usado como base de operaciones para cometer delitos contra la propiedad, según la investigación que realizó el fiscal de Robos y Hurtos de esa provincia Gonzalo Marzal.

La policía cuyana se percató de que entre enero y junio, una banda integrada por tucumanos había cometido al menos 16 ataques rompiendo los vidrios de los vehículos de las personas que realizaban extracciones de importantes sumas de dinero. Dos de ellos fueron detenidos en una oportunidad, pero liberados horas después porque no había pruebas en su contra.

Hubo una situación que cambió la investigación. A los Caro que están detenidos les secuestraron los celulares que usaban en la cárcel. Al analizarlos se descubrió que se comunicaban con personas en Mendoza. Les avisaron a sus pares para que investigaran quiénes eran. Así los descubrieron y detuvieron a “Macho Blanco”, “Batore”, “Vikunga” y a su comprovinciano Juan Gabriel Zamorano.

Según los policías mendocinos, los Caro se instalaron en esa provincia por el contacto de un cordobés que tiene antecedentes que les alquiló una casa en un barrio cerrado. En la tierra del buen vino, los sospechosos desplegaron una modalidad desconocida en esas tierras: eran “rompevidrios”.

Según publicó el diario “El Sol” utilizaban dos vehículos a la hora de los hechos, un utilitario y una moto. Una vez perpetrado el robo, escondían la moto en el auto y escapaban totalmente ocultos para evitar ser identificados, lo que dificultaba el seguimiento de parte de las fuerzas de seguridad. También fueron acusados por el fiscal cuyano de haber cometido “escruches” en el barrio cerrado donde residían y en otros.

Los policías mendocinos, al tenerlos identificados, comenzaron a seguirlos. Así descubrieron que hicieron compras de objetos de lujo y hasta una camioneta Chevrolet S10 de $8 millones. Los cuatro fueron detenidos y procesados en esa provincia. Zamorano fue el único que quedó detenido allá; los otros tres fueron trasladados; “Batore” y “Vikunga”, para que respondieran por los cargos que se le habían formulado en la causa “La industria del escruche”; “Macho Blanco”, porque violó la norma de conducta de no salir de la provincia.

Ayuda

La investigación mendocina no afecta en nada la situación procesal de los Caro en la investigación que se desarrolla en esta provincia. Sin embargo, le servirá al fiscal López Ávila para fundamentar que se trata de una organización con alcance nacional.

Su teoría es que los integrantes viajaban de una provincia a otra para cometer robos de estas características con la única finalidad de no ser reconocidos por los investigadores por ser foráneos. Vale la pena aclarar que en la causa “La industria del escruche”, aparecen varios cordobeses, origen del hombre que le consiguió la casa en la que los Caro se alojaran en tierra mendocina. De esa provincia es oriundo Luis Roberto Carreras, otro de los acusados de integrar el grupo.

Audiencia: sólo dos seguirán detenidos

El juez Alejandro Tomas dictó la preventiva por dos meses a los hermanos Francisco y Marcos Caro, dos menos que los solicitados por el fiscal Diego López Avíla. Los defendidos por César Avellaneda y Mario Visuara fueron acusados de robo, resistencia a la autoridad y de integrar una asociación ilícita. Walter “Macho Blanco” Caro, que fue asistido por Horacio Monteros y Ricardo Fanlo, seguirá el proceso en libertad, pero se le colocará una pulsera para controlarlo.

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