El modo en que buscamos en internet quizá ya esté cambiando

El modo en que buscamos en internet quizá ya esté cambiando

Existió una época en la que los resultados de una búsqueda en internet eran una sumatoria de enlaces y textos organizados de manera caótica. Los buscadores de mediados de los noventa respondían a las palabras claves con criterios no muy claros, de forma desordenada, poco personalizada y siempre fuera de contexto. Es por eso que cuando nació Google, lo organizó todo. Su algoritmo se fue perfeccionando a lo largo de los años, pero su lógica siempre fue que cuanto más recomendada sea una página a través de enlaces, mejores posiciones obtendrá dentro del listado de resultados. Luego se incorporaron datos específicos de los usuarios y es por eso que cada búsqueda se convirtió en una experiencia completamente diferente, pero efectiva.

La herramienta más importante que siempre tuvo Google fueron los textos. El buscador en realidad es un gran analizador de las palabras y la relevancia de las mismas. Se alimenta de información escrita por otros usuarios quienes compiten en su plataforma para ver quién tiene más y mejores datos para referirse a un tema en especial. Sin embargo, esta lógica racional y basada principalmente en la palabra, pareciera estar cambiando con las nuevas generaciones de usuarios, jóvenes que nunca escucharon el sonido de un módem dial-up y que su entorno de acceso al mundo digital fue siempre un celular.

La conexión de esta generación con el caudal de información que existe en internet está más familiarizada con las imágenes y el video que con el texto y es por eso que plataformas como Instagram y TikTok supieron cautivar su atención de manera casi inmediata. Hasta ahora, las redes sociales funcionaban como entornos de esparcimiento y conexión entre esta franja de usuarios, pero algo importante está pasando en términos de búsquedas y los propios ejecutivos de Google lo han advertido.

“En nuestros estudios, algo así como casi el 40% de los jóvenes, cuando buscan un lugar para almorzar, no van a Google Maps ni a la Búsqueda, van a TikTok o Instagram”, sostuvo hace pocas semanas Prabhakar Raghavan, quien dirige la organización de Conocimiento e Información de Google, en una conferencia ante otros empresarios. Según detalló el sitio de noticias de tecnología Techcrunch, el gigante tecnológico obtuvo estos resultados en una investigación que realizó con jóvenes de 18 a 24 años que viven en Estados Unidos. “Estos usuarios no tienden a escribir palabras clave, sino que buscan descubrir contenido de formas nuevas y más inmersivas”, agregó el directivo.

Quizás sea la primera vez que Google observa cómo un capital que había ostentado durante más de 20 años puede verse en peligro, sobre todo con las generaciones que suelen marcar el ritmo de la tecnología. Ellos mismos admiten que la mentalidad de estas generaciones son diferentes y que están buscando “formas visualmente ricas” de descubrimiento. Y aquí no se trata solamente de buscar dónde comer: en estas redes sociales se puede encontrar información sobre un lugar, un auto, una computadora, un hotel y hasta de una persona a quien se podría contratar. TikTok, por ejemplo, se convirtió en un lugar de visibilidad para profesionales quienes ofrecen consejos a cambio de crecer en seguidores e interacciones. Se pueden ver contadores asesorando en materia impositiva, especialistas en mecánica, dentistas, nutricionistas, abogados, entre otras profesiones. La cantidad de publicaciones no es menor: cuanto más contenido tenga el usuario, más seguidores y más interacciones, su perfil se mostrará en mejores posiciones a la hora de una búsqueda en la red social.

La clave según el informe de Google es la capacidad inmersiva que tienen los videos de estas redes. En los resultados no hay tanto texto, sino personas con características similares a los de los usuarios, quienes se identifican con ellos para crear un vínculo de confianza. Por eso, la palabra de estos influenciadores puede ser clave para tomar una decisión. Sin embargo, es urgente preguntarse cómo están construyendo legitimidad dichas figuras, cuán confiables son y en qué se basan los argumentos que presentan para proponer una plan alimenticio o para realizar una inversión financiera. Google no es perfecto, pero su algoritmo de recomendaciones ayuda a que determinadas páginas de prestigio tengan mejor visibilidad que otras. Quizás esa racionalidad que ayudó a construir al gran buscador sea necesaria para que los resultados de búsqueda de las redes sean más seguras y contemos con ellas para potenciar, de verdad, nuestro conocimiento.

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