El “pacman” inflacionario sigue comiendo el salario

El “pacman” inflacionario sigue comiendo el salario

El Gobierno intenta frenar la caída del poder adquisitivo de los trabajadores, con medidas que tendrán efectos de coyuntura.

Uno de los objetivos planteados por la nueva conducción del Ministerio de Economía es mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y de los jubilados o, en su defecto, que esos ingresos mensuales no pierdan tanto frente a la inflación. Ese ha sido un reclamo de las centrales sindicales que le reclaman al Gobierno mecanismos que tiendan a bajar las expectativas inflacionarias porque cada vez más argentinos apelan a otro empleo para poder llegar a fines de mes. En este aspecto, el valor de la Canasta Básica Total (CBT), es decir, los fondos que un matrimonio con dos hijos pequeños (parámetro de familia tipo) precisa para cubrir los gastos alimentarios y en servicios básicos del mes ha sido calculada en $ 100.511 en Tucumán, por lo que un vasto sector de asalariados a quedado rezagado en la pirámide social. En la Argentina, un docente gana casi el valor de una canasta básica total para un hogar de tres habitantes, y la jubilación mínima es apenas 11% mayor a la línea de pobreza para un adulto, plantea la cuenta en redes sociales @argentinaendatos sobre la base de informes oficiales y diagnósticos realizados por economistas.

Para explicar el deterioro constante del poder adquisitivo del salario argentino, todos los caminos conducen a los efectos de la inflación y de las variaciones en el precio del dólar. La Argentina es uno de los países de la región latinoamericana cuyo nivel de pass through es uno de los más altos. Por lo tanto, cualquier suba del tipo de cambio se ve inmediatamente reflejado en un aumento de precios. Además, como la brecha entre el dólar oficial y el blue es altísimo, superando el 130%, los precios de la economía comienzan a responder al dólar informal y no al oficial, por eso vemos que toman como referencia el tipo de cambio paralelo, puntualiza a LA GACETA la economista Natalia Motyl.

Por otro lado, en una Argentina en el que el nivel de vida de un trabajador privado de se ha erosionado en 40% en los últimos 10 años, el 50% de un salario promedio se va a satisfacer las necesidades más básicas y los rubros que más incremento de precios tuvieron en los últimos meses fueron alimentos, bebidas e indumentaria. Esto se dan porque toda suba del Tipo de Cambio impacta más sobre bienes transables que sobre bienes no transables. Frente a esta situación, el Ministerio de Trabajo de la Nación ha decidido convocar para el 18 de este mes al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil con el fin de analizar un posible reajuste a ese ingreso. El 16 de marzo pasado, ese consejo había resuelto un aumento para este año del 45% (la mitad del porcentaje proyecto de inflación anual) en cuatro tramos, de tal manera que en diciembre llegue a los $ 47.850. Asimismo, a partir del mes que viene, el haber jubilatorio mejoraría en torno de un 15,43%, lo que llevaría al mínimo a $ 43.315. “El 10 de agosto vamos a anunciar un nuevo índice de movilidad jubilatoria”, había dicho el ministro de Economía, Sergio Massa, quien también anunció el pago de un bono extraordinario par jubilados y pensionados.

El salario promedio en nuestro país, neto de impuestos, está en torno a los U$S 177 si tomamos un dólar a $ 300. En ese sentido, plantea la economista Motyl, el sueldo de un docente se aproxima a los U$S 275 (tipo de cambio libre), el de un policía puede llegar a U$S 401 y el de un médico a U$S 443. “En tanto, en Uruguay ese un médico cobra U$S 1.240 y en Brasil en U$S 2.062. El sueldo de un policía en Chile asciende a U$S 803 y en Ecuador en U$S 933. Por último, el sueldo de un docente en Perú está en U$S 653, un 138% más que en nuestro país”, compara la experta.

“No es novedad que el nivel de vida de los argentinos se ha erosionado fuertemente en los últimos años. Somos uno de los cinco países del mundo liderando el ranking de inflaciones más altas. Con el paso de los años, cada vez vivimos peor. Lamentablemente, la falta de respuesta por parte de todo el espectro político no hace más que agravar la situación socioeconómica”, puntualiza Motyl. Esa inflación actúan como un “pacman” sobre el salario.

Pese a estas perspectivas de los analistas, el Ministerio de Trabajo de la Nación, en un informe, ha señalado que el ingreso de los trabajadores registrados del sector privado argentino creció en forma consecutiva entre enero y mayo, siendo este último el más vigoroso con un alza de 3,6%. De acuerdo con la información que surge de cotejar la evolución del índice de precios al consumidor (IPC) y el salario promedio definido por Convenios Colectivos de Trabajo, el área que conduce el ministro Claudio Moroni señala que la mejora del poder adquisitivo es de 2,4 puntos. El IPC avanzó 36,2% y las remuneraciones lo hicieron 38,6%. “Proyectando la evolución de los salarios pactados en convenios hasta octubre, se advierte que el aumento acumulado del salario de convenio alcanzaría al 65%. Sin embargo, para ese mes serán varios los acuerdos que revisarán los aumentos considerando la inflación observada, por lo que es factible, que una parte de los mismos definan incrementos adicionales en las remuneraciones”, advierte el reporte oficial.

Menos poder de compra

¿Qué debe hacerse para frenar la inflación?

Según el Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa) hasta julio, loa salariados del sector privado formal habrían perdido un 11% de su poder de compra, situación que se agrava para los no registrados. “Si además comparamos las proyecciones interanuales, los precios incrementarían un 71% y los salarios un 55% y los trabajadores perderían así un 9% de su poder de compras”, plantea la entidad. A su vez, señala que la única alternativa posible para poder frenar el aumento de precios es un ordenamiento integral del Estado, desde el sistema previsional, simplificación de impuestos y una correspondencia fiscal entre lo que se gasta con lo que se recauda.

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