El 12% de personas con hambre viven en América Latina

El 12% de personas con hambre viven en América Latina

Unos 828 millones de personas en el mundo no comen lo suficiente, según un informe de la ONU. Lejos de los objetivos para 2030

DISTANCIA. Las mujeres fueron las más afectadas.  DISTANCIA. Las mujeres fueron las más afectadas. REUTERS
07 Julio 2022

GINEBRA, Suiza.- En 2021, los latinoamericanos desnutridos alcanzaron los 56,5 millones, el 8,6% de la población de la región y cuatro millones se sumaron a las filas del hambre. A nivel global, el número de personas hambrientas aumentó en 46 millones en 2020 y en 150 millones a partir del inicio de la pandemia.

De las 2,300 millones de personas que sufrieron inseguridad alimentaria en el mundo en el 2021 un 12% -unas 268 millones- viven en América Latina y el Caribe, reveló un informe de e la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

“El mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición para 2030, un objetivo establecido por las Naciones Unidas en 2015”, afirma la edición correspondiente a 2022 del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, publicada por cinco organismo de la ONU.

Elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), el estudio destaca también el avance de la pobreza extrema y la creciente desnutrición crónica.

El informe indica que el número de personas afectadas por el hambre en el mundo llegó a 828 millones en 2021 -9,8% de la población mundial-, un aumento de 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el comienzo de la pandemia de covid-19.

Durante el segundo año de la pandemia de covid-19, el hambre siguió aumentando en América Latina y el Caribe, pero a un ritmo más lento que entre el 2019 y 2020.

El texto lamenta las proyecciones para 2030, que apuntan a casi 670 millones de personas -8 % de la población mundial- todavía con hambre, incluso calculando una recuperación económica global. El número no está lejos al de las personas hambrientas en 2015, cuando se fijó la meta de poner fin al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición para fines de esta década en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

El reporte aseguró que la situación fue más grave en Asia y África pero que en la región latinoamericana y del Caribe un 40.6% de la población enfrentó inseguridad alimentaria moderada o severa.

Se llama así a cuando la gente “enfrenta incertidumbre respecto a su habilidad para obtener comida y ha sido forzada a prescindir de calidad o cantidad nutricional en los alimentos que come”, explicó Máximo Torero, economista jefe de la FAO, tras la presentación del reporte.

Según el estudio, nueve millones más de personas pasaron hambre en la región en el 2020 que en el 2019 y unos cuatro millones adicionales fueron empujados en esa dirección entre el 2020 y 2021.

El año pasado, el hambre -una categoría más grave que la inseguridad alimentaria moderada o severa - afectó a 278 millones de personas en África, a 425 millones en Asia y a 56.5 millones en América Latina y el Caribe, indicó el informe.

La ONU también reveló que la diferencia entre mujeres y hombres que sufrieron inseguridad alimentaria moderada o severa el año pasado en Latinoamérica y el Caribe fue de 11.3%, la cifra más alta respecto a otras regiones.

El reporte destacó que la guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, no facilita las cosas.

“Está interrumpiendo las cadenas de suministro y afectando aún más los precios de los granos, fertilizantes y energía”, lo que resultará en más aumentos de precios en la primera mitad del 2022, señaló la ONU. Al mismo tiempo, los fenómenos climáticos más frecuentes y extremos también están afectando las cadenas de suministro, especialmente en los países de bajos ingresos.

Comentarios