Murió Rubén Rodó, una pluma que hizo historia en la prensa tucumana

Murió Rubén Rodó, una pluma que hizo historia en la prensa tucumana

El periodista, nacido en 1935, tuvo una larga y destacada trayectoria en LA GACETA. Su columna política dominical marcó una época. Sus restos serán velados en Flores, a partir de las 10.

CON SU MÁQUINA DE ESCRIBIR. Rodó (izquierda), en la redacción de LA GACETA CON SU MÁQUINA DE ESCRIBIR. Rodó (izquierda), en la redacción de LA GACETA

La Lexicon 80 enmudece. El teclado de la PC también. Un rumor de silencio estremece las páginas de la prensa tucumana. Una voz incisiva se calla. Con ella está partiendo un pedazo de historia en la búsqueda de la verdad, esa que echa la luz sobre las patrañas del poder, la que desentraña sus actos de corrupción. Rubén Cipriano de Jesús Rodó se acaba de despedir de la vida, tras ofrecer una tenaz resistencia a las adversidades de salud, que ha enfrentado en los últimos años y que no lograron minar su labor periodística.

Alpachiri, pueblo del sur provincial, lo ve nacer el 29 de junio de 1935. Los criollos dichos del campo, escuchados cuando changuito, sazonan luego su escritura, sus conversaciones. “Cuando cursaba la secundaria en el Gymnasium Universitario -el último laboratorio educativo que creó la Universidad Nacional de Tucumán, en 1948, a semejanza de los europeos-, editábamos en mimeógrafo una revista, si se pudiera llamar así mirada a la distancia. En ella se narraba la vida estudiantil y la del colegio donde nos educábamos. Esos fueron los primeros balbuceos personales que ensayé. La hoja tenía mucho de entusiasmo juvenil y poco y nada de periodismo. Se llamaba Gymnas y hasta hoy aparece. En ese staff estaba yo”, recordaba.  

La carrera de Letras lo tiene dos años en sus pupitres. La poesía ya alerta sus insomnios. Un poema de su autoría vive en la Primera Antología Poética de Tucumán (1952), ilustrada por Lajos Szalay, notable dibujante húngaro que enseñó en la UNT. Sus versos se codean con los de Tomás Eloy Martínez, Guillermo Orce Remis, Raúl Galán y Julio Ardiles Gray, entre otros.

SIEMPRE PRESENTE. Rodó, parado, observa a su colega. SIEMPRE PRESENTE. Rodó, parado, observa a su colega.

La redacción de LA GACETA le da un abrazo de bienvenida en 1953, como colaborador. Deportes es su primera incursión. Circula por casi todas las secciones y desembarca definitivamente en el área política. La cobertura de lo que acontece en Casa de Gobierno pasa a ser su responsabilidad. “Sólo él conocía las vidas y manejos de quienes ocupaban los despachos oficiales. Los funcionarios lo miraban atentos e inquietos. Supongo que unos cuantos lo estimaban y otros cuantos lo odiaban, como es gaje eterno del oficio. Pero todos le tenían respeto. Manejaba con inigualable destreza su agenda de teléfonos y se lanzaba como gavilán sobre todo dato nuevo o recóndito que por esa vía le suministraban los informantes. Absorbía como esponja cuanta referencia llegaba a su conocimiento, y eso le había permitido armar, para sí mismo, una precisa genealogía política y humana de cada personaje. Pero tenía un agudísimo ojo clínico para distinguir, velozmente, la auténtica carne fresca de la que se pretendía pasar por tal”, evoca el periodista e historiador Carlos Páez de la Torre (h) cuando en 2016, el Senado de la Nación lo distingue con la Mención de Honor “Domingo Faustino Sarmiento”.

Sin pelos en la lengua

Por su pluma punzante, no exenta de denuncia e ironía, su columna dominical no tarda seducir a los lectores. El tema azucarero es también uno de sus desvelos. “Rodó escribía sin pelos en la lengua. Recuerdo -y fue un episodio sonado- que uno de sus artículos exasperó al gobernador militar de Tucumán en tiempos de la autodenominada Revolución Argentina, general Fernando Aliaga García, quien dispuso prohibir la entrada de Rodó a la Casa de Gobierno. Y en 1996, el ministro de Gobierno de Antonio Bussi lo querelló por calumnias e injurias. No pocas veces, sus comentarios desencadenaban furibundas solicitadas, que nunca lo inmutaron”, recordaba el ya extinto Páez de la Torre (h).  

Rubén Rodó Rubén Rodó

Durante varios años hasta su retiro del diario, se desempeña como prosecretario de Redacción. En 1983, acompaña al presidente Raúl Alfonsín en su primera gira por España. Entre 1965 y 1990 es el corresponsal del diario La Razón; también el semanario porteño Confirmado (1960-67) lo tiene como referente en nuestra provincia. Colabora también -siempre como columnista político- con los diarios La Prensa y La Nación, de Buenos Aires; con la revista local “Panorama”; con el programa de TV “Periodismo de verdad” y últimamente en diarios digitales.

Durante 68 años, el Bubby” -también el “Gaucho- ejerció el periodismo con valentía, compromiso y sin especulaciones. “Provengo de una tierra, donde no solo se juró la Independencia. También ahí nació Juan Bautista Alberdi, uno de los fundadores de la patria. Por este solo hecho, en homenaje a la memoria de este hombre universal que organizó el país naciente en difíciles momentos, Tucumán debiera ser un paradigma institucional. 

Murió Rubén Rodó, una pluma que hizo historia en la prensa tucumana

Lamentablemente, no es así, Tucumán devino tierra feudal, donde se pisotea la Constitución”, dijo en ocasión de recibir la distinción en el Senado nacional. Este tarco ingenioso y corajudo del periodismo tucumano arrió finalmente sus estandartes. Esta vez, el deseo de vivir no le alcanzó a Rubén Rodó para ganarle la pulseada a la muerte.

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