Elecciones en la UNT: el suspenso se diluyó por una diferencia de 18 votos

La victoria de Pagani obedeció a la lógica del alineamiento de las Facultades. Lo mejor: el saludo de los candidatos al cierre de la Asamblea

EN PLENO FUNCIONAMIENTO. Así sesionó la Asamblea en el Virla. Superado el debate por el sistema de votación, todo fluyó con normalidad. LA GACETA / FOTOS DE JUAN PABLO SANCHÉZ NOLI EN PLENO FUNCIONAMIENTO. Así sesionó la Asamblea en el Virla. Superado el debate por el sistema de votación, todo fluyó con normalidad. LA GACETA / FOTOS DE JUAN PABLO SANCHÉZ NOLI

El conteo arrancó parejo, pero una vez superada la barrera de los 15 votos por cabeza la tendencia hacia la victoria oficialista se adivinó irreversible. La Asamblea siguió ese escrutinio en absoluto silencio, ni siquiera se produjo el habitual festejo cuando Sergio Pagani y Mercedes Leal alcanzaron el número clave (79). En cierto modo, el tramo decisivo de la elección guardó todas las formas académicas que habían faltado en la previa. Finalmente, a las 13.24 resonó el aplauso en el anfiteatro del Centro Cultural Virla. La Universidad Nacional de Tucumán ya conocía a quienes la conducirán hasta 2026.

El triunfo del espacio Futuro UNT se concretó por una diferencia de 18 votos sobre los postulantes de Reencuentro Universitario, José Luis “Pío” Jiménez y Hugo Fernández. Una ventaja cómoda, pero no una goleada abrumadora. Sumando por acá y restando por allá, no deja de reflejar las adhesiones conocidas de antemano: ocho Facultades alineadas con Pagani (Agronomía, Arquitectura, Artes, Bioquímica, Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Odontología y Psicología) y cinco con “Pío” Jiménez (Ciencias Económicas, Ciencias Naturales, Derecho, Educación Física y Medicina, más el sector no docente que responde al liderazgo de Ángel Morales y representa, en conjunto, una sexta Facultad). No implica que la votación en todas las unidades académicas haya sido masiva por un candidato -aunque se sabe que en algunos casos sucedió eso-, sino que es la foto de los números y cómo se representan en el imaginario. En ese sentido, quedaron de lado las sorpresas.

Con asistencia perfecta de los 156 asambleístas (13 Decanos -con la excepción de Derecho, Facultad representada por la vice María Cristina Grunauer-, 78 docentes, 39 estudiantes, 13 egresados y 13 no docentes) la Asamblea arrancó a la 9.23. Se cantó el Himno Nacional, le siguió un brevísimo saludo del Rector saliente, José García, y de inmediato fue el turno de la elección de autoridades. Aquí se registró uno de los poquísimos puntos en los que ambos espacios consiguieron ponerse de acuerdo a lo largo de todo el proceso electoral. Por moción de la Decana de Bioquímica, María Inés Gómez, se votó en forma unánime por Miguel Cabrera (Decano de Ciencias Exactas) como presidente de la Asamblea, secundado por los secretarios Miguel Marcotullio y Griselda Luccioni (profesores titulares en Derecho y Exactas, respectivamente).

El debate por el sistema de elección se prolongó durante más de una hora (ver el análisis, a cargo de Roberto Delgado). Apenas zanjado el tema con la decisión de mantener el voto secreto, y al cerrarse la lista de oradores, otra demora de 20 minutos retrasó el comienzo de los comicios. Fue un llamado colectivo de la naturaleza y generó largas filas en la zona de sanitarios del Virla.

Cabrera aceleró el trámite porque ya eran las 11.11 y, como estipula el reglamento, fue el primero que ingresó al cuarto oscuro. Antes el secretario de la Junta Electoral, Luis Monti, le había mostrado al auditorio que la urna estaba vacía. A Cabrera lo siguió la profesora Luccioni, quien en el apuro se olvidó el sobre. Y a continuación votó el doctor Marcotullio. Los asambleístas pasaron siguiendo el orden alfabético de las Facultades, por lo que el último lugar le tocó al no docente de Psicología, Esteban Sierra. Eran las 12.55 y en ese momento se escuchó uno de los aplausos más sostenidos de la jornada. Palmas que expresaron cierta sensación de alivio, por la tensión del comienzo y por lo extenso del trámite.

Vaciada la urna, y con todos los sobres sobre la mesa, procedieron a contarlos. Lo llamativo fue que se notaron algunas miradas nerviosas cruzando el escenario. ¿Qué sucedía? La suma daba 155. Hasta que la profesora Luccioni encontró el sobre que faltaba. Y volvió el alivio.

El escrutinio fue veloz: Marcotullio abría los sobres, Cabrera leía los nombres manuscritos en las papeletas y la pantalla gigante llevaba la suma. Hasta que la tecnología se empantanó y surgió, irremplazable, el pizarrón que hasta ese momento oficiaba de backup. Las marcas, como en el truco, fueron sumándose hasta que el 87 a 69 selló el resultado.

Tras la lectura del acta y la invitación a la fórmula ganadora para su proclamación, se produjo uno de los instantes más rescatables de los últimos meses en la vida universitaria. Fue el arribo de “Pío” Jiménez y de Fernández al auditorio. Habían seguido el minuto a minuto desde el búnker en el Hotel Carlos V y desandaron el puñado de metros que los separaban del Virla para felicitar a Pagani y a Leal. Hubo abrazos sobre el escenario y Pagani le cedió el micrófono a “Pío”, quien destacó: “la comunidad universitaria se ha expresado. De aquí en adelante nosotros estamos dispuestos a trabajar con Sergio y con Mercedes”. Un acto de caballerosidad y de grandeza en la derrota, pero por sobre todo de madurez democrática. Por eso el aplauso que acompañó este gesto, con los cuatro candidatos juntos frente a la Asamblea, representa una luz de cara a lo que viene.

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