Se recibió de ingeniero y logró pagarse sus estudios con la cosecha de uvas

Se recibió de ingeniero y logró pagarse sus estudios con la cosecha de uvas

Joel cumplió su meta de ser ingeniero y se pagó sus estudios trabajando como cosechador de uvas

Se recibió de ingeniero y logró pagarse sus estudios con la cosecha de uvas
30 Abril 2022

"Al calor del sol y con la ropa sucia, en una finca me imaginé un día levantando el cartel de ingeniero electromecánico”, expresó Joel Sánchez, un joven de Mendoza, en un posteo en Linkedin que lleva más de 15.000 “likes”.

Porque esta historia es la muestra clara de la superación, causando un nudo en la garganta en cualquiera que intente imaginarse, una parte de la realidad que tuvo que atravesar Joel para conseguir su tan anhelado suelo. Una historia marcada por los sacrificios y dificultades económicas que tuvo sus frutos en agosto del año pasado, cuando rindió en la UTN “proyecto final” y rompió en un llanto eterno. Se había convertido en ingeniero electromecánico.

Se recibió de ingeniero y logró pagarse sus estudios con la cosecha de uvas

Las imágenes de su vida pasaron por su cabeza durante aquella mesa de examen; en especial, el día en que, siendo un niño, falleció su papá, y su mamá salió a limpiar casas de familia, mientras sus hermanos y él comenzaron a cosechar uvas en fincas de la zona para sobrevivir.

“Éramos menores y fue la única salida que encontramos para ganar dinero. La tarea era muy sacrificada, pero aprendí mucho, le tomé la mano y pude terminar la secundaria. Me sentía motivado para seguir estudiando, siempre había soñado con ser ingeniero, aunque muchos me decían que no era para mí, sino para otro tipo de gente, que era muy costoso y que no lo intentara. Pero yo me daba cuenta de que podía mucho más y que no había nada que perder. Ingresé al preuniversitario, conté mi historia en la firma constructora José Cartellone, que tomaba pasantes, y quedé seleccionado enseguida, me apuntalaron y me dieron todas las posibilidades para que jamás abandonara mi carrera. Siempre estaré agradecido”, recordó.

Joel se anotó en todas las becas posibles, y si bien le exigían ir al día, le proporcionaban los medios necesarios para continuar: transporte, comedor, fotocopias y una residencia para estudiantes.

“Una sola vez había visitado la ciudad de Mendoza, éramos una familia humilde que nunca antes había salido del barrio Municipal de San Martín. Me perdí un millón de veces y me sucedieron miles de anécdotas”, dijo con un tono a humorada.

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