Por Carolina Servetto
28 Febrero 2022
“PASIONAL”. “Se jugó a fuego por un ideal”, dice el historiador Nanni.
¡Soldado! Prepare la resfalosa, dijo Mariano Maza y expulsó de una patada a Marco Avellaneda del carruaje donde minutos antes había sido interrogado. El punteo repetitivo y perturbador de la guitarra daba forma a la sonata con la que el campamento se preparaba para el martirio.
Agobiado, Avellaneda presentó su cabeza al verdugo y gritó su último deseo: ¡Acabe usted, pues! Con un movimiento certero, el cruel carnicero cortó el pescuezo y puso fin a la vida del valiente muchacho, líder de la Liga del Norte, que agrupaba a Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja contra Juan Manuel de Rosas.
CAPTORES. Las fuerzas de Oribe lo hallaron cuando salía hacia Bolivia.
Esta, quizá una de las escenas más dramáticas en la historia de Marco Manuel Avellaneda, fue recreada por el grupo teatral “Los Intérpretes” en el primer documental histórico tucumano presentado por la Fundación Federalismo y Libertad y la Fundación alemana Friedrich Naumann.
LA CAPTURA. Avellaneda estaba en una casona en Raco en ese momento.
La muerte de Marco Avellaneda se convirtió en uno de los episodios más salvajes del enfrentamiento entre unitarios y federales. Con el tiempo, su nombre pasó a un segundo plano en la historia argentina, muchas veces mencionado como “el mártir olvidado”. Sin embargo, fue su idea de país la que sirvió de base para la configuración de un orden constitucional.
Instantes sobresalientes
El rodaje, que rescata pasajes de aquellos años, resume los momentos sobresalientes de la vida del prócer en un amplio despliegue de producción bajo la dirección general de Fabricio Meriglio.
“Su historia es apasionante. Se rebeló ante una dictadura y se comprometió políticamente. Eso lo llevó a su asesinato, que coincide con el día de cumpleaños de su hijo Nicolás. Luego, ese niño se convierte en presidente y más tarde, es finalmente su proyecto de país el que termina preponderando”, resume José Godoy, presidente de la Fundación Federalismo y Libertad.
JOSÉ GRAMAJO. El intérprete logró el rol preciso de Marco Avellaneda.
El documental, del que participaron diversas entidades públicas y privadas, contó con el asesoramiento y aporte de distintos historiadores y personalidades. Facundo Nanni, miembro de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, describe a Avellaneda como un hombre pasional. “La juventud fue su signo. Se la jugó a sangre y fuego por un ideal. Avellaneda es quien, a mi entender, prefigura un orden constitucional y piensa en una Argentina con otras normativas. La historia después termina dándole la razón y le demuestra que estaba en la senda correcta”, reflexiona.
LA DILIGENCIA. Vehículo en que fue capturado y llevado a Metán.
El film acompaña el relato con escenas que fueron filmadas en los lugares por los que se movió Avellaneda y su tropa. Así, varias tomas fueron recreadas en Raco, donde se encuentra la vieja casona en la que Marco estuvo antes de ser capturado por las milicias del general rosista Manuel Oribe.
“En esta casa se lo cobija esa noche mientras Avellaneda pensaba por dónde seguiría su viaje hacia Bolivia. La tradición familiar cuenta que no duerme y pasa sus horas en una larga charla con Pedro Huidobro, dueño del lugar. Aquí se le recomienda que siga hacia Chile, pero toma la decisión contraria”, relata Bernardo Colombres, en un fragmento del audiovisual. A pocos kilómetros de allí, Marco Avellaneda es capturado y trasladado a Metán, donde muere degollado a los 28 años.
DESAFÍO. El director Meriglio quería un relato dinámico y fiel a los hechos
La voz de Luis Lacalle Herrera, historiador y padre del actual presidente de Uruguay presenta en el documental la versión federal de los hechos y describe a Oribe, caudillo oriental al servicio de Rosas. “Fue un militar de carrera y desde muy joven se incorpora a la lucha por la Independencia. Juan Manuel de Rosas lo nombró Comandante en Jefe de los Ejércitos de la Confederación Argentina y en su cargo se desempeña como un militar de singular coraje. Era un hombre del orden. Trató de que aquella realidad convulsionada del Río de la Plata se enmarcara dentro de la ley”, dice.
Lo que vino después de su muerte, también es digno de una serie de Netflix. La cabeza de Marco Avellaneda fue expuesta en la plaza principal (hoy Plaza Independencia) a modo de escarmiento y rescatada por Fortunata García, quien la mantuvo oculta por un tiempo. Con interpretaciones actorales, relatos vívidos e ilustraciones del artista plástico Pablo Ivan Ríos, la crónica audiovisual revive aquellas horas fatales.
“La resfalosa”
Otra de las “joyitas” de la obra es la música que acompaña la crónica. El documental incorpora piezas de la época, partituras originales interpretadas por el Maestro Oscar Buriek, como “la resfalosa”.
La muerte de Marco Avellaneda se enmarca en una cruel tradición de los federales durante las ejecuciones a sus prisioneros. “La resfalosa, en realidad era un eufemismo que inventaron los rosistas y mazorqueros que aludía a la ejecución por degüello y decapitación de los opositores políticos”, cuenta el historiador Juan Pablo Bustos Thames.
¿Por qué resfalosa? “Porque cuando te cortaban el cuello con un cuchillo o una navaja, los borbotones de sangre que brotaban de él hacían que se te resbale el cuchillo y se dificultaba seguir cortando”, detalla el especialista.
En la jerga rosista hablar de resfalosa o tocar el violín era sinónimo de ejecución brutal.
“Entonces, en los campamentos rosistas algún guitarrero, en cierta ocasión se le ocurrió componer una “sonata”, como le llama Esteban Echeverría. Era un sonido repetitivo que animaba y acompañaba los cortes y los degüellos”, explica Bustos Thames.
El trabajo documental incorpora además música compuesta por el propio Juan Bautista Alberdi (fue íntimo amigo de Marco Avellaneda) y de Pedro Esnaola (quien fue músico oficial de Rosas) y autor del arreglo con el cual hoy se interpreta el Himno Nacional.
Juan Pablo Bustos Thames destacó el trabajo logrado y agradeció la participación de las instituciones que participaron. “Se trata de la producción tucumana más importante con respecto a un documental de naturaleza histórica”, dijo.
Rodaje en pandemia
El rodaje del documental “Marco Avellaneda, el mártir olvidado”, producido por Fundación Federalismo y Libertad en conjunto con la Fundación Friedrich Naumann arrancó en el año 2021. Las restricciones por la pandemia obligaron a los directores y equipo de trabajo a suspender algunas sesiones de filmación y retomar cuando la situación epidemiológica fuera favorable.
Relato dinámico y fiel
Fabricio Meriglio, director general, tenía un desafío, lograr un relato dinámico y fiel a los hechos.
“Durante una hora y veinte minutos interviene una multiplicidad de voces que aportan contenido histórico al audiovisual. Nos sentimos contentos porque hemos logrado que los espectadores se mantengan atentos y expectantes hasta el final”, relata Meriglio al término de la presentación, que se realizó el jueves pasado en el Teatro Municipal Rosita Avila.
La elección de los personajes fue una decisión estratégica. Meriglio fue minucioso a la hora de caracterizar a Marco Avellaneda, interpretado por José Gramajo.
“Yo quería que sea un perfil intelectual, con cierta dulzura pero con la firmeza que caracteriza al prócer. Un tipo resuelto, con ideas claras”, cuenta. La elección surgió después de un casting, donde además de su parecido físico, su postura ante la cámara, lo consagraron en el indicado para el papel.
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