Dejó su trabajo durante la pandemia para construir su propio motorhome desde cero

Eduardo Iglesias relató a La Nación cómo logró cumplir su sueño de construir casas rodantes en medio de la crisis sanitaria.

Imagen ilustrativa / Archivo. Imagen ilustrativa / Archivo.
15 Febrero 2022

La pandemia por coronavirus llegó para cambiar radicalmente la vida de todos. En poco tiempo, se hizo necesario afianzar las habilidades de adaptación y prepararse para un mundo completamente desconocido. Así, hubo quienes se animaron a tomar decisiones drásticas.  

Si bien la virtualidad, el home office, los protocolos de salud fueron solo algunas de imposiciones que el virus nos obligó a incorporar, la situación llevó a muchos argentinos a agregarle un ítem más al listado. Ese fue el caso de un emprendedor que apostó por todo y encontró una oportunidad en medio de tantos cambios.

En diálogo con Mercedes Soriano, periodista de La Nación, Eduardo Iglesias relató qué lo motivó a dar el giro más importante de su vida.

Desde el año 2003, Iglesias trabajaba en la industria gastronómica con su servicio de catering, pero nunca dejó de anhelar concretar su más íntimo sueño: construir desde cero su propio motorhome.

“Siempre fui muy de meter manos a la obra en la construcción de la cocina, en remodelar un restaurante. Fui aprendiendo con el paso de los años de todo un poco: carpintería, electricidad, gas y todo lo que se necesita para no depender de alguien cuando se te rompe algo”, describe a La Nación, al hablar sobre sus habilidades.

Tras liderar en muchas oportunidades distintos proyectos ligados a la alimentación, confiesa que está listo para dar el siguiente paso y, como todo emprendedor, buscar nuevos horizontes. En ese momento algo de su niñez volvió a aparecer en su mente.

“De chico hice control mental y me enseñaron a relajarme para irme a dormir con un pensamiento feliz y siempre me pensaba durmiendo en un motorhome”, recuerda. Esa fue la chispa que volvió a despertar su interés por lograr ese sueño que tenía guardado.

Los meses pasaron y el tiempo de Iglesias se dividió entre capacitaciones que instruían cómo construir la nueva máquina, el encierro de la cuarentena y la decisión de invertir grandes sumas de dinero para que no decaiga el proyecto. A pesar de los obstáculos, perisitió.

Con la técnica aceitada, el hombre fue tomando pequeños desafíos de remodelación hasta lograr cambios increíbles en los vehículos que ensayaba. “Yo te construyo una casa en un bondi y me da placer hacerlo”, admitió. Actualmente logró desarrollar un modelo de negocio que le permite alquilar y vender sus creaciones.

“Me enamoré de los motorhomes hechos en colectivos”, sostuvo tras su exhaustiva y gratificante experiencia.

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