Año Nuevo: Cómo cuidar a las mascotas de la pirotecnia

Año Nuevo: Cómo cuidar a las mascotas de la pirotecnia

Veterinarios explican cómo afecta la pirotecnia ruidosa a los animales y brindan consejos para protegerlos.

Año Nuevo: Cómo cuidar a las mascotas de la pirotecnia

El uso de pirotecnia es una práctica habitual durante las fiestas y cada año se pone nuevamente el debate en agenda. Mientras a algunos los entretiene y resulta emocionante ver los fuegos artificiales, sus estruendos y luces durante el brindis, otros reiteran la necesidad de buscar alternativas para festejar, considerando cuanto los ruidos afectan a personas con distintas condiciones médicas y a las mascotas.

La médica veterinaria Luciana López explica a LA GACETA que los perros tienen una agudeza auditiva muy superior a la de las personas, lo que supone que el sonido de la pirotecnia les resulte una experiencia sumamente negativa y desagradable.

“Los perros son capaces de oír hasta los 60.000hz, mientras que los humanos no oyen nada a partir de 20.000hz, lo cual representa solo un tercio de la capacidad de los perros y gatos”, precisa.

La especialista señala que las consecuencias varían entre aquellas mascotas que gozan de un buen estado de salud y las que cuenten con alguna patología previa. En este caso, los pacientes cardiópatas, o con alguna enfermedad preexistente descompensada, pueden verse más expuestos y el desenlace ante los ruidos fuertes, en una situación extrema, puede ser la muerte.

Un punto fundamental para asistir a nuestra mascota es saber en qué momento hacerlo. Para eso, es necesario identificar señales de alarma, que advierten que el animal está atravesando un cuadro de estrés.  

“Las reacciones más frecuentes a los ruidos fuertes (como petardos o bombas) que se pueden observar en un perro son el congelamiento o la paralización, los intentos incontrolados de escapar y esconderse y los temblores”, enumera López. Añade que, además, se pueden presentar otros signos más intensos, como salivación, taquicardia, vocalizaciones intensas, micción o defecación, actividad aumentada, pánico, entre otros.

Por su parte, el Médico Veterinario Ignacio Rodríguez Montesinos, agrega:  “La forma en cómo les afecta la pirotecnia depende de cada animal. A veces, con la experiencia de años anteriores, es posible saber cómo reaccionan. Pueden haber casos en que solo se pongan ansiosos y tiemblen, o también llegar a situaciones muy peligrosas como convulsiones”.

El caso más frecuente que evalúa en su consultorio durante estas fechas es aquel donde el animal ha sufrido grandes heridas producto de lastimados que se inflige durante la exposición a los ruidos de la pirotecnia.  

“Es un momento en el que los invade la desesperación y empiezan a cavar afligidos  o atraviesan puertas o ventanas, produciendo cortes u otras lesiones”, precisa.

Para proteger a nuestras mascotas, Rodríguez Montesinos brinda algunos consejos:

-Asegurar puertas y ventanas, bloqueando puntas o muebles con los que se puedan lastimar.

-Identificar bien al animal con collar (“chapita”), en el que se encuentre su nombre y un contacto en caso de que se pierda. Si no tuvimos tiempo para prever este paso, podemos escribir los datos con marcador en el collar.

-Utilizar algodón dentro de las orejas para tratar de reducir el impacto sonoro. Pasados los ruidos, hay que recordar retirarlos.

-Preparar un lugar cerrado y alejado de los ruidos fuertes para tener a los animales. Se les puede poner música clásica.

-Uso del método Tellington. Tiene un efecto compresivo mecánico que ayuda a aliviar el estrés.

“Es muy importante acompañar a nuestras mascotas en estos momentos, y por sobre todo, concientizar a la población de los efectos de la pirotecnia ruidosa. Es un problema que no solo afecta a los animales, sino también a las personas que atraviesan alguna enfermedad o condición psicológica”, concluye.

El profesional aclara que más allá del método o maniobra que se emplee, un tratamiento no reemplaza al otro, sino que se trata de hacer una combinación entre todos.

Advertencias

Sobre el uso de calmantes, López es categórica: en ningún caso se recomienda administrarlos sin haber realizado previamente una consulta a un médico veterinario que evalúe las condiciones y necesidades particulares del animal.

“El sedante más común, que se administra en gotas, disminuye la excitabilidad nerviosa sin provocar ausencia de conciencia. Es decir, nuestras mascotas son incapaces de responder frente al miedo que les produce el ruido, pero siguen siendo conscientes de ese miedo”, alerta y advierte que, además, produce un fuerte descenso de la presión arterial.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios